Pensar la erraticidad. Perspectivas al otro lado del ocaso
Madrid, Guillermo Escolar, 2021
(edición de M. Ángel Villamil Pineda y Luis Sáez Rueda)
  RESUMEN
 Formato en papel  Índice y prólogo Epílogo: Diálogo Jorge de los Santos - Luis Sáez


Los trabajos que articulan el volumen han surgido de la necesidad de establecer lazos híbero-americanos en el pensamiento. En tal espacio se cruzan diferentes puntos de vista que se preguntan por las viejas, y siempre renovables, cuestiones acerca de la condición humana, del ser de eso que llamamos «realidad» y del destino de la vida común en el mundo socio-político. Y lo hacen, se podría decir, compartiendo los potenciales de una ontología en ciernes, a la que se le podrían atribuir las nominaciones de «ontología de la erraticidad», por un lado, y de «ontología genética del ser civilizacional», por otro, dos caras de misma concepción germinal. Con ello, autores hispanoamericanos se lanzan a pensar en su lengua común y a ensayar conjuntamente un estilo filosófico matricial.

Ciertamente, el substrato teórico articulador tiene un basamento en obras de quien escribe este prólogo, fundamentalmente en Ser errático. Una ontología crítica de la sociedad (Madrid, Trotta, 2009), El ocaso de Occidente (Barcelona, Herder, 2015) y una plétora de trabajos orbitales más breves. Ahora bien, tales elementos no deben ser entendidos como un sólido fundamento sobre el que se yerguen otras miradas. En primer lugar, porque esos elementos no conforman, ellos mismos, más que un pensamiento germinal y en ciernes que espera aún su posible madurez. En segundo lugar, porque han sido tomados, por cada uno de los autores que aquí comparecen, como un punto de partida maleable para mediar a su través inquietudes y opiniones propias.

El libro, pues, no constituye un homenaje, que ni mi trabajo aún merece ni mi ánimo desea. Fue ideado como un paso iniciático en orden a la posible gestación de un pensamiento conjunto y diferencial al mismo tiempo. Y el lector podrá comprobar que, en el desarrollo expreso de cada aportación, se pone en obra una óptica singular, de modo que el conjunto se separa de las fuentes que toma como excusa y propende a conformar un trazado peculiar, cuya unidad no se funda en una condición previa incólume y fortificada, porque se va creando en el entre, en los intersticios.


A todos nos anima la expectativa de colaborar, con un grano de arena, en la tarea colectiva que conduce a la emergencia de posiciones filosóficas de cuño hispanoamericano, una tarea que muchos ya han emprendido y que es necesario promover en el presente. Pues los pueblos que componen ese espacio comparten silenciosos hilos de sentido, diferenciados en forma variopinta y susceptibles de ser trabados en un tejido singular, en una urdimbre peculiar capaz de enriquecer el escenario de la filosofía y de proporcionar cobijo a cierta voz del Sur que se mantiene en estado naciente. Nuestro esfuerzo adopta ese rumbo.