Significado
del
velo femenino en el islam
MARTÍN CASTILLA
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Para que se entienda bien lo que aquí se expone,
se esté de acuerdo o
no, es necesario que deje claras de antemano dos cosas:
Primera. Para mí, hay
que distinguir perfectamente
entre las personas y las ideas que puedan tener. Mi
respeto a las personas
es incondicional. Pero me considero libre para discutir cualquier idea
o creencia (pues,
si no, la posibilidad de
que alguien se ofenda impediría toda libertad de pensamiento y
expresión).
Segunda.
Mi interés es primordialmente teórico.
No es político,
ni estratégico, ni
diplomático, ni
religioso. Me interesa avanzar un poco en el conocimiento, mediante
análisis de la realidad con herramientas filosóficas y antropológicas.
Así que:
1) Trato de hechos e ideas, sin ánimo de
ofender a personas ni a grupos sociales.
2) Mi labor es ante todo una aproximación
teórica y crítica y, por su misma naturaleza, discutible.
¿Diálogo?
Mal
vamos a plantear un diálogo
cristiano-islámico, si empezamos por falsear la realidad histórica y
doctrinal,
por desconocer con qué sistema de creencias estamos tratando y esconder
aspectos
básicos de la mentalidad con la que nos vamos a encontrar en nuestro
interlocutor.
Dada la ingenuidad dominante entre muchos
cristianos y personas de buena voluntad –entre las que están
numerosos musulmanes–, parece necesario
no dejarse engañar y no caer
atrapados en una red de equívocos o de seudotolerancia, o en ese
relativismo cultural para el
que todo vale igual.
El velo manifiesta e
impone la
inferioridad de la mujer
Hay que perder el temor reverencial a hablar con
libertad sobre
el islam (lo mismo que no lo tenemos
para criticar al catolicismo).
En ciertos momentos es preciso incluso ser
irreverentes. Y dejar lo islámicamente correcto para los seguidores de
Abul
Qasim.
Es solo un asunto aparentemente periférico. Pero
¿qué falta les hará a las pobres criaturas femeninas el pañolón de
Mahoma
tapándoles la cabeza, y aún más, como si fuera una parte pudenda?
Eso
tiene tanto
de sentido religioso (en cualquier sentido admisible) como darle una
paliza a la esposa o reivindicar como natural la supremacía masculina o
la
superioridad racial del pueblo ario.
El texto del Alcorán es más convincente que
nuestras
ocurrencias caritativas y nos
demuestra, sin tapujos,
que el "velo islámico" (lo mismo que otras muchas cosas que Mahoma
manda) significa ni más ni menos que la exhibición pública de la inferioridad
de la mujer impuesta
por la religión mahometana. Ese es el mensaje que van transmitiendo
socialmente. Toda otra interpretación
son monsergas (que no toleraríamos
si se refirieran a aspectos de la Iglesia).
En efecto, leamos lo que dice el Corán:
– "Los
hombres están
un grado por encima de las mujeres" (Corán
87/2,228).
– "Casaos
con las mujeres que os gusten:
dos, tres o
cuatro. Pero, si teméis no obrar con justicia, casaos con una sola o
con vuestras esclavas" (Corán
92/4,3).
– "Los
hombres tienen autoridad
sobre las mujeres en
virtud de la preferencia que Dios ha dado a unos más que a otras"
(Corán 92/4,34).
– "A aquellas de quienes temáis que se
rebelen, amonestadlas, dejadlas solas en el
lecho,
pegadles!" (Corán 92/4,34).
– "Y
di a las creyentes que bajen la vista con recato, que sean
castas y no muestren más adornos que los que
están a la vista, que cubran su escote
con el velo" (Corán 102/24,31).
¿Dónde
están los profetas, que en otro tiempo
denunciaban la opresión de las mujeres y las mentiras atribuidas a Dios?
Comparación insolente
Algunos dicen
que es normal que las musulmanas lleven el velo, que
hay que respetar sus
costumbres.
¿Era normal que los judíos fueran forzados
a coser y llevar una estrella de David amarilla sobre su ropa? También
se les
imponía.
¿Y si mañana unos
neonazis quieren que sus hijos
lleven al colegio un
brazalete con la cruz gamada, reivindicando sus creencias?
¿Parecería bien que el
Estado obligara a los musulmanes varones a ponerse un turbante?
En España, eran pocas las mujeres musulmanas que
llevaban
velo. Sin embargo, ahora cada vez hay más y la razón es evidente: la
presión que
soportan
por parte del islamismo patriarcal, cada día más radicalizado.
Encima, ¿nos
haremos
cómplices de esos opresores, minimizando el problema?
El
velo así
impuesto es éticamente indecente
Ese velo es indecente, como indecente es lo que
significa para
el islamismo retrógrado
que nos
penetra. Ese llamado "velo islámico" (del que el Corán no dice nada
con claridad) no es obligatorio ni en Turquía, ni en Jordania, ni en
Marruecos. ¿Qué clase de islam es el que se financia y se predica en
España, a partir
de corrientes fundamentalistas
salafistas, saudíes-wahabíes, al-morabítum, etc.?
La cuestión es aclarar de qué parte nos queremos
poner: si
apoyar a aquéllas que
quieren liberarse del velo y seguir un islam más abierto; o apoyar a
los rigoristas
que amenazan a las chicas y las mujeres para que lleven el velo en
señal de
subordinación.
La elección es bien sencilla.
El significado
pragmático es
irrefutable
El significado de
un símbolo no es sólo
ideológico sino que, ante todo, va ligado a las prácticas y actuaciones
que pretende
subrayar, expresar y reforzar. En su marco de actuación, el velo o
pañuelo llamado islámico tiene los siguientes significados prácticos y
concretos:
1. Se
trata de discriminar al macho y a la hembra,
la cual le debe obediencia.
2. Se
trata de marcar la diferencia entre la musulmana y la "no musulmana"
(el no musulmán es la "peor bestia a los ojos
de Alá": Corán 88/8,55).
3. Se
trata de advertir que
esas mujeres con velo no están disponibles para
casarse con no musulmanes (pues esto está
tajantemente prohibido, salvo que se conviertan).
4. Se
trata de dificultar el trato y, sobre todo, la amistad con los
"no musulmanes" (cosa expresamente prohibida por
el Corán).
5. Se
trata de poner trabas a
que encuentren trabajo fuera de casa, con el fin resultante de que
se dediquen a procrear muchos hijos.
Actualmente, las mujeres musulmanas están
cada vez más sometidas a presión para ponerse el velo y amenazadas con
serios castigos, y
carecen de libertad incluso para decirlo. El radicalismo islámico
parece ganar
la
partida.
Recordemos que el modernizador de Turquía,
Mustafá Kemal, prohibió el velo en 1924.
El rey Mohamed V de Marruecos levantó la
obligatoriedad de llevarlo, en 1957.
Hoy, por doquier, las fuertes
presiones para que se pongan el velo proceden tanto
del islamismo radical como del que pretende no serlo.
Libertad
para
los musulmanes
El escritor,
filósofo e
historiador Ernest Renan escribía, a fines del siglo XIX:
"Los musulmanes son las primeras víctimas del
islam. Durante mis viajes por Oriente he observado muchas veces cómo el
fanatismo es obra de una minoría de hombres peligrosos que, mediante el
terror, mantienen a los demás en la práctica de una religión. Liberar
al musulmán de su religión es el mayor servicio que le podemos prestar".
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