"ReDCE núm. 29. Enero-Junio de 2018"
"ReDCE núm. 29. Enero-Junio de 2018"
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Hace ahora veinticinco años de la temprana desaparición de Juan José Ruiz-Rico, maestro de muchas de las personas que editamos esta revista. Un cuarto de siglo es un período muy extenso, aunque no tanto para quienes conocimos a Juan José, que recordamos con gran viveza alguna frase suya o una conversación de hace decenas de años, mientras que hemos dejado en el olvido muchas cosas que nos sucedieron las últimas semanas. No era una persona que pasara por la vida de la gente sin dejar huella. Tenía un discurso brillante que impresionaba por la profundidad de los planteamientos y la riqueza de los matices. Pese a ser Catedrático de Derecho Constitucional y Magistrado, procediendo de una familia en la que la condición de jurista venía ya casi dada con el nacimiento (desde su Padre, Magistrado, a otros muchos familiares suyos que hoy lo son, como también Registradores de la Propiedad o Catedráticos de Derecho) su auténtica vocación fue siempre la Literatura. Ganó muchos premios literarios y tenía una carrera muy avanzada en ese campo, que se interrumpió, como tantas otras cosas, a comienzos de 1993.
Hay que tener presente que una gran parte de su vida universitaria transcurrió bajo el fatídico régimen franquista, en el que la doctrina española del antiguo “Derecho Político” no podía hacer Derecho Constitucional alguno (ante la ausencia de una Constitución democrática) y terminó refugiándose en diversas disciplinas, desde el Derecho Comparado a la sociología, pasando por la Ciencia Política. Del mismo modo, no podemos desconocer que, para Juan José, el compromiso ideológico se manifestaba en una concepción del Derecho Constitucional al servicio de la sociedad y de los derechos de las personas, tanto en el ámbito jurídico cuanto en el literario o en los estudios que en su momento hiciera desde la Ciencia Política (defendiendo una metodología abierta que rompiera el discurso único al que podía conducir la idea de paradigma científico) o la sociología (incorporando de manera muy temprana la perspectiva de género).
Esa orientación es perceptible en las personas que compartimos su magisterio y que partimos de una visión abierta del Derecho Constitucional, proyectada hacia la sociedad y los derechos fundamentales, en la que el control del poder y la promoción de la igualdad han sido sus ejes vertebradores. Comenzó con Juan José, en un campo de estudio que estaba a mitad de camino entre la sociología y la ciencia política y que terminó desembocando de manera natural en el Derecho Constitucional. Desde posiciones institucionales muy diversas, se ha mantenido entre quienes trabajaron con él directamente, en los ámbitos donde han desarrollado o desarrollan su labor como juristas: en el judicial (en la Fiscalía o en la Magistratura del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía), en el Tribunal Constitucional (en la Magistratura del Tribunal), en la política (en el Gobierno de la Nación, el Congreso de los Diputados, el Parlamento Europeo o en el ámbito local y autonómico), en otras instancias jurídicas (como el Consejo Consultivo de Andalucía) o en la Universidad (en diferentes Cátedras de Derecho Constitucional, en Granada, Málaga, Las Palmas, Almería o Jaén).
Con el transcurso de los años, lo que Juan José Ruiz-Rico sembró ha florecido en un impresionante plantel de juristas que han ejercido y ejercen funciones muy relevantes. Podemos tener la seguridad de que estaría muy orgulloso de ver el desarrollo personal de quienes comenzaron a formarse con él en el mundo jurídico. Con la perspectiva del tiempo, adquiere todo su significado el recordatorio que publicamos en el número 37 de la Revista Española de Derecho Constitucional, hace ahora veinticinco años “En memoria de Juan José Ruiz-Rico (1947-1993)” suscrito por “sus discípulos de los Departamentos de Derecho Constitucional de las Universidades de Granada y Málaga”, en el que se decía:
“intenso y definitivo ha sido su paso por las vidas de los que disfrutamos el inmenso privilegio de conocerle. Pero el resto no es silencio. Más allá del aplastante echar de menos su estímulo, habrá que enfrentar ahora la responsabilidad de prolongar los muchos diálogos que él dejó inacabados. Ojalá que algunos de ellos puedan arañar las alturas que imprimió́ en nuestra ambición, sin decepcionar el sello del recuerdo que hoy comienza”.
También estaría muy orgulloso de sus dos hijas, que representan de algún modo las dos facetas que le caracterizaron: desde la creatividad en el ámbito de la comunicación de una de ellas a la brillantez y la solidez como abogada de la otra. Lo estaría igualmente de quienes le siguieron en el campo de la literatura, obteniendo un gran impacto con sus obras, y de las muchas personas que disfrutaron de su amistad y que siguen hoy recordándole como si el tiempo no hubiera pasado, como si en cualquier momento pudiéramos encontrárnoslo tomando una cerveza en Plaza Nueva o un café en la Calle Reyes Católicos de Granada. Una amistad compartida que se extiende a otras personas de fuera de nuestra ciudad con las que, de cuando en cuando, en las ocasiones en que coincidimos, seguimos hablando de él como si hubiera sido ayer la última vez que lo vimos.
Sería difícil, diría que imposible, hacer aquí una relación de nombres que deberían incluirse en una semblanza de Juan José Ruíz-Rico. Me remito a los que figuran, por su autoría o por su mención, en los Estudios de Derecho Público que le dedicamos en 1997. Desde su amplia familia granadina, pasando por los amigos que conservaba desde la infancia, a la multitud de personas que lo conocieron o trabajaron con él en los puestos que ocupó, como el de Vicerrector de Extensión Universitaria de la Universidad de Granada o, previamente, el de Presidente del Ateneo de Málaga, y que lo admiraron por su inteligencia y su carisma. Si pusiéramos la mayor parte de esos nombres en este texto, no quedaría lugar para más palabras. Quizás sería mejor así, porque a través de ellos sería posible tener una visión más amplia del universo vital de Juan José que por medio de una semblanza que siempre será parcial e incompleta. Sin embargo, es evidente que otros muchos quedarían fuera sin poderlo evitar, pese a que debieran figurar, con plena justicia, en esa relación que define mejor que nada su personalidad.
También resulta complicado hacer un elenco de sus contribuciones como constitucionalista y como jurista. Muchas de ellas tenían una vertiente práctica, centrada en el Derecho positivo, en su trabajo como Magistrado. En otros casos, como ya he indicado, comenzaron en otras disciplinas, reflejándose después en el Derecho constitucional. En sus ensayos se partía de un planteamiento metodológico propio que incorporaba referentes axiológicos y sociales para analizar el Derecho también como instrumento de reproducción cultural de pautas y valores discriminatorios. Eso le permitió construir obras extraordinarias en las que se desvelaba el complejo sistema de poder que se vertebra capilarmente en la vida cotidiana a través de la proyección cultural del Derecho.
De esa metodología se pueden encontrar referentes en los trabajos de las personas que integramos su escuela y también en las generaciones sucesivas, que han seguido nuestras orientaciones y han entendido el constitucionalismo como un avance civilizatorio en la lucha por la emancipación de las personas. Controlar el poder requiere entender su naturaleza y descubrir las estrategias a través de las cuales se asienta en las relaciones humanas y se intenta consolidar, haciendo aparecer como naturales formas de discriminación y de dominación que no pueden serlo desde la perspectiva de los derechos constitucionales. De las muchas lecciones que aprendimos de Juan José como maestro, quizás estas sean las que más nos han inspirado en nuestra labor como constitucionalistas.
Como en todo aniversario, este también es un motivo para hacer balance. La relación con un maestro no se limita únicamente a la disciplina concreta en la que se despliega la vertiente académica, sino que tiene también un componente personal. En una Universidad que sufría todavía una fuerte jerarquización entre categorías de profesorado él siempre rechazó esos vestigios anacrónicos de una estructura de poder arbitraria y desfasada. Por el contrario, Juan José representó la figura de un hermano mayor o de un padre, que se preocupaba de las incidencias que podíamos tener y que intentaba ayudar o aconsejar cuando era necesario. Fue también un ejemplo de cómo afrontar la vida y de cómo luchar en las condiciones más difíciles frente a una enfermedad implacable.
Si nos planteamos, veinticinco años después, qué permanece de Juan José Ruiz-Rico en nuestra manera de entender la vida en todas sus complejas dimensiones, que incluyen también la vertiente profesional, quizás haya que partir de algo cada vez más olvidado en el mundo de hoy: el espíritu de solidaridad, que caracteriza las realizaciones personales como eslabones de una cadena que le dan sentido a todo nuestro esfuerzo y sacrificio. En realidad, somos fragmentos de la vida de otras personas que también son fragmentos de nuestras propias vidas. Dejamos huella porque alguien nos dejó también su huella y nos hizo ver más allá del horizonte, allí donde todas las utopías son posibles y donde los sueños son libres. En nuestro caso, compartido con nuestro maestro, el sueño de una sociedad más justa, más igualitaria y más solidaria.
Resumen: En este trabajo se elabora una semblanza de Juan José Ruiz-Rico López-Lendínez que fue Catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Granada y Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Se recuerdan sus principales hitos profesionales y la influencia que tuvo sobre un destacado grupo de académicos.
Palabras claves: Juan José Ruíz-Rico López-Lendínez, Derecho Constitucional, Universidad de Granada, Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
Abstract: This work presents a Profile of Juan José Ruíz-Rico López-Lendinez, who was Professor of Constitutional Law at the University of Granada and Magistrate of the Superior Court of Justice of Andalusia. It recalls his main professional milestones and the influence he had on an outstanding group of academics.
Key words: Juan José Ruíz-Rico López-Lendínez, Constitutional Law, University of Granada, Superior Court of Justice of Andalusia.
Recibido: 28 de mayo de 2018
Aceptado: 5 de junio de 2018
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[*] Aun cuando este artículo es responsabilidad de su autor, ha sido enriquecido con los comentarios de otras personas, entre las que quisiera mencionar a Gregorio Cámara Villar, Juan Fernando López Aguilar, María Luisa Balaguer Callejón, Baldomero Oliver León y muy especialmente a Andrés Sopeña Monsalve.
