"ReDCE núm. 30. Julio-Diciembre de 2018"
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La publicación del número 30 de la ReDCE coincide con un agravamiento de las condiciones políticas que se mencionaban en la Presentación del número 29 y, por otro lado, con un horizonte todavía más sombrío para los próximos meses, no sólo por lo que se refiere al proyecto de integración europea, sino también en cuanto a la situación global. Por un lado, la elección de Bolsonaro en Brasil, que supone un escenario peor del que se abrió con la de Trump en Estados Unidos. Por otro lado, la presión del propio Trump en todos los frentes, especialmente en el ámbito interno en relación con el “muro” en la frontera mejicana y en el ámbito externo con la presión comercial frente a China y otros países. Estamos asistiendo a tiempos en los que se consolida una retórica cada vez más agresiva que puede terminar por convertirse en una realidad funesta.
Por lo que se refiere a Europa, la gestión del Brexit por parte de las autoridades del Reino Unido no puede ser más caótica. La pretensión de que se les otorgue un trato de privilegio, que sería incompatible con las reglas del mercado, sigue siendo el elemento clave de una negociación ya ultimada pero que el Parlamento británico ha rechazado. Los partidarios del Brexit parecen no haber entendido todavía que la salida de la Unión Europea tendrá unas consecuencias muy difíciles de asumir y que ningún acuerdo las podrá evitar más allá de los períodos transitorios que puedan establecerse. Es sorprendente que los sectores políticos y sociales del Reino Unido, que aceptaron incondicionalmente la “lógica” económica para limitar derechos, ahora defiendan que esa lógica se pueda dejar a un lado en la artificial confrontación que han planteado frente a Europa. Más bien, lo que en realidad piden es que sea justamente Europa la que la deje a un lado y otorgue un estatus especial al Reino Unido con todas las ventajas y ninguno de los inconvenientes de pertenecer a la Unión Europea, que es lo que plantean en última instancia.
Unas elecciones al Parlamento Europeo con el Brexit sin resolver y una posible y rocambolesca prórroga de la pertenencia del Reino Unido a la Unión no parece que sea lo más deseable para el proyecto de integración europea. Por todas partes van creciendo las posiciones más radicales en los distintos espacios públicos en Europa. Posiciones que, aunque no siempre se manifiesten formalmente como antieuropeas, defienden idearios que materialmente son radicalmente incompatibles con los principios de la Unión Europea, como es el caso del reciente ascenso electoral, con entrada en el Parlamento de Andalucía, de un partido de extrema derecha que da sostén al gobierno conservador que se ha formado después de las elecciones del 3 de diciembre pasado.
Si esas posiciones consiguen un resultado electoral significativo en las próximas elecciones al Parlamento Europeo, su incidencia sobre el proceso de integración puede ser muy negativa. Si tenemos en cuenta la fuerte abstención que se está dando ya en procesos electorales nacionales o territoriales y la que se ha dado tradicionalmente en las elecciones europeas, esta posibilidad no es, en absoluto, descartable. Hay que tener en cuenta que la interferencia en los procesos electorales, que hemos visto desde el Brexit en América y en Europa, no se basa en promover el cambio del sentido del voto, sino en desalentar al electorado progresista y generar una amplia abstención que favorezca las posiciones conservadoras más extremas. A ello contribuyen no sólo el recurso manifiestamente ilegal al envío personalizado de propaganda política subliminal sino también el sustrato previo de desinformación, fake news, radicalización y deslegitimación general de la política y de la democracia que se realiza de manera interesada por agentes internos y externos a través de las redes sociales.
Toda esa actividad encuentra su punto culminante en el período electoral, cuando ya una gran parte del electorado ha desarrollado un fuerte escepticismo respecto de sus posibles opciones de voto. Por alguna razón que tiene su raíz en la cultura política de los sectores progresistas, las elecciones no se entienden como un proceso orientado a formar gobiernos o a conformar mayorías parlamentarias. Por el contrario, se perciben como el momento adecuado para manifestar el descontento con las políticas desarrolladas por las opciones más afines. Lo vimos en Estados Unidos con una parte importante de votantes del partido demócrata que decidieron no ir a votar después de que Bernie Sanders perdiera las primarias. El ansía de utopía, que es una de las más nobles señas de identidad de los movimientos progresistas, se convierte así en distopía y conduce a auténticas pesadillas como la actual Administración Trump.
Una actitud responsable frente a los procesos electorales debería conducir a aceptar que en ellos no se resuelven todos los problemas de la sociedad sino simplemente se ofrecen opciones entre las que hay que elegir, salvo que quien no se identifique con ninguna de ellas plantee directamente la suya propia, presentándose también a las elecciones. No hay más. Quienes piensan que con su “pureza” ideológica deben abstenerse, favoreciendo así gobiernos conservadores extremos, deberían contrastar después el resultado de esa “elección” que realizaron y que, en realidad, lo fue tácitamente a favor de esos gobiernos: más desigualdad, más pobreza, involución democrática, más recortes en derechos sociales, xenofobia, más discriminación contra la mujer y contra las minorías. Parafraseando aquella frase española que llegó con el desencanto de los primeros años de la democracia: “contra Franco vivíamos mejor”, podríamos decir que contra Trump y contra los gobiernos del mismo corte que se están formando en otros países, solamente viven mejor quiénes pueden permitírselo.
Sirva esta larga introducción para llevarnos a las próximas y cruciales elecciones al Parlamento Europeo. Desde estas páginas, y muy especialmente en las sucesivas presentaciones de los números de esta Revista, se ha criticado siempre y muy duramente a la Unión Europea. Pero nunca por falta de europeísmo, sino por la convicción profunda de que el camino de la integración es otro y debería llevarnos de manera ya urgente a una Europa federal, democrática y social. No opondremos esa utopía a la Europa de hoy para hacerla cada vez más lejana, rechazando cualquier proyecto de integración, por limitado que nos parezca.
Quizás no nos gusten mucho las opciones que se presenten al Parlamento Europeo y quizás no encontremos entre ellas una sola que se ajuste exactamente a nuestra idea de Europa. Pero sabemos que si no votamos a las opciones europeístas ganarán la partida las que pretenden la destrucción del proyecto de integración europea. Las próximas elecciones son un auténtico referéndum y así debemos asumirlo, especialmente quienes quizás no perdiéramos mucho en nuestros derechos y en nuestras condiciones de vida si la Unión Europea desapareciera. Podemos y debemos seguir defendiendo nuestras utopías. Pero, mientras tanto, no debemos olvidar la solidaridad con quienes sufrirían inevitablemente con la destrucción de Europa, tan ansiada por los extremismos de derecha que hoy se van extendiendo por todo el territorio europeo.
El número 30 de la ReDCE está dedicado a Internet y Democracia, que es justamente el título de uno de los tres trabajos que se incluyen en ese apartado, el de Tommaso Edoardo Frosini, previamente publicado en Italia. Junto a ese texto, se incorpora también un texto de Antonio D’Atena sobre “La conflictividad axiológica de la democracia liberal y el desafío de internet” igualmente objeto de publicación previa en Italia y de próxima publicación en Brasil. Lo mismo ocurre con mi artículo “Las dos grandes crisis del constitucionalismo frente a la globalización en el siglo XXI” que se presentó como ponencia al Congreso sobre Passato, Presente, Futuro del costituzionalismo e dell'Europa, organizado por Fulco Lanchester en mayo de 2018 en Roma y que se publicará también en Brasil.
La Sección de Artículos de este número la abre el texto de Vasco Pereira da Silva, “Para un derecho administrativo sin fronteras”. No podemos dejar de aprovechar la ocasión para felicitar al Profesor Pereira por su recientemente nombramiento como Doctor “Honoris Causa” por la prestigiosa Universidad de Hannover. En la misma sección publicamos dos trabajos de autores jóvenes, aunque ya de distintas generaciones, que fueron en su momento estudiantes de nuestro Máster en Derecho Constitucional Europeo, como es el caso de Miguel Ángel Rosales Leal, con un texto sobre “Captación y grabación de comunicaciones orales directas” y del actual Máster en Derechos Fundamentales en perspectiva nacional, supranacional y global, en el caso de Adrián García Ortiz con un artículo sobre “Diálogo y conflicto entre tribunales a propósito de los derechos fundamentales en la Unión europea. Novedades con ocasión de la saga Taricco”.
En la Sección Perfiles publicamos una referencia al XIII Congreso de la Societas Iuris Publici Europaei que sobre la temática “Integración y desintegración en Europa” se celebró en Hamburgo, del 19 a 21 de julio de 2018 y que Antonio Jiménez-Blanco Carrillo de Albornoz ha tenido la generosidad de preparar para nuestra Revista con la brillantez y la agudeza intelectual que siempre le caracteriza. Le agradecemos la gentileza que ha tenido con la ReDCE, especialmente si tenemos en cuenta que, a la complejidad de las ponencias y los debates, se añadía en este caso la dificultad que supone la diversidad de idiomas que se utilizaron en el Congreso, el inglés, el francés y el alemán.
En la Sección de Textos Clásicos publicamos la traducción preparada por Miguel Azpitarte del texto de Ulrich Scheuner “Staat”, que procede del Handwörterbuch der Sozialwissenschaften, editado por E. von Beckerath en 1965. La Sección de Jurisprudencia incorpora un estudio de María Salvador sobre “La prohibición de partidos políticos en Alemania: la decisión del Tribunal Constitucional Federal de 2017 sobre el NPD”. La Sección de Legislación, dirigida por María Luisa Balaguer, incluye un gran número de disposiciones sobre temáticas diversas, desde cooperación policial y judicial hasta el tratamiento de datos personales, pasando por la prestación de servicios de comunicación audiovisual o los organismos de igualdad, entre otras cuestiones.
El Foro recoge el Discurso de toma de posesión como Académico de Número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Granada el 13 de junio de 2018 de Miguel Pasquau Liaño, bajo el título “Cultura jurídica y memoria de los juristas”. Sobre su autor, Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y Catedrático de Derecho Civil, solo puedo decir que fue y sigue siendo el mejor Jurista de la Promoción Jurídica 1976-1981 de la Universidad de Granada, a la que yo también pertenezco. En las páginas de ese excelente Discurso se pueden encontrar los rasgos del ingenio, el rigor y la capacidad analítica que siempre han caracterizado a Miguel, al tiempo que los nombres que han conformado el universo cultural en el que nos hemos movido también algunos de sus amigos, como Jochen Albiez, Rafael Barranco o quien escribe estas líneas.
En la Sección de noticias de libros publicamos, en primer lugar, la recensión de Juan Francisco Sánchez Barrilao del libro de Tommaso Edoardo Frosini Constitución, democracia y Estado de Derecho, editado en Santiago de Chile en 2018 por Ediciones Olejnik. En esa Sección se incluye también la recensión realizada por Daniela Dobre del libro ¿Hacia una nueva gobernanza económica de la Unión Europea? editado por F.J. Carrera Hernández en Thomson Reuters-Aranzadi, Pamplona igualmente en 2018.
En la parte de agradecimientos, procede mencionar a Thomson Reuters, por la edición impresa y en e-Book de la Revista. Igualmente, a la Fundación Peter Häberle y al Centro de Investigación de Derecho Constitucional “Peter Häberle” de la Universidad de Granada. En el ámbito nacional, al Proyecto de Investigación DER2016-77924-P, “Los Derechos Fundamentales ante las crisis económicas y de seguridad en un marco constitucional fragmentado” y en el ámbito europeo, a la Cátedra Jean Monnet “ad personam” de Derecho Constitucional Europeo y Globalización.
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