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En la emergente sociedad del conocimiento, la
ciberciudadanía organizada en redes de conocimiento busca zonas de
confluencia ética y política que están dando origen a un renovado
sentido de la humanidad que puede iluminar la utopía de la
globalización solidaria.
La inteligencia
humana en red contribuye a la creación de un orden superior de
pensamient,o de conocimiento y de conciencia internetizada,
clave para extender y universalizar el concepto intercultural e
intersolidario de ciudadanía mundial.
Este
concepto no es nuevo; está tanto implícito como explícito en
infinidad de documentos, cartas y acuerdos de la ONU, empezando por
las palabras iniciales de la Carta Nosotros los Pueblos de las
Naciones Unidas..":
Ningún sistema de gobierno es capaz de lograr por sí solo un
desarrollo humano sostenible, equitativo y justo, sin el concurso de
su ciudadanía; para ello es necesario que los mismos sean capaces de
observar los principios, valores, caminos de vida, actitudes y
conductas que, en su conjunto, conforman la ciudadanía mundial. Sin
tal ética global la ciudadanía no podrá llegar a ser participante
proactiva en el proceso mundial de desarrollo sostenible.
En el
nuevo siglo, los intentos por favorecer el encuentro y la alianza
entre civilizaciones que realiza la ONU son indicadores fecundos del
nacimiento de ese deseado orden superior de pensamiento.
Como
recientemente ha escrito SAMI NAÏR en el Diario El País,
vivimos una época de interculturalidad, de mezcla, de
pluralidad de identidades. Las religiones no son incompatibles, no
son opuestas: son los grupos integristas, en todos lugares, los que
transforman la convivencia entre culturas en antagonismos. Más: no
existe un universalismo, no hay una revelación divina para la época
de la globalización en nombre de la cual tendríamos derecho a
imponer una visión del mundo determinada al resto del planeta.
Tenemos el derecho de defender nuestros valores, pero no olvidamos
el relativismo de todos los valores, precisamente por respeto a la
diversidad del mundo. En vez de fomentar el choque de las culturas,
debemos buscar el diálogo de las culturas, el encuentro, la alianza
de las civilizaciones (…)
Frente al mundo unilateralista de los más poderosos,
es necesario plantear la posibilidad de una res publica mundial, un
espacio de derechos y de deberes compartidos, un proyecto de
civilización en la época de la mundialización. Lo que significa
buscar valores comunes, democracia en el sistema mundial, y
enfrentar los problemas reales de la humanidad: reparto de la
riqueza, lucha en contra de la pobreza, transmisión de saber y
conocimientos, ayuda al desarrollo, organización común de los flujos
de población, control del medio ambiente, etcétera. Son éstos los
verdaderos problemas de civilización. Son éstos los focos del choque
entre los pueblos. Frente a todos los extremismos culturales,
religiosos y terroristas, la civilización humana puede ganar; basta
con elegir la franqueza
en los debates, la justicia y la solidaridad como soluciones.
La Alhambra de
Granada, símbolo del esplendor de la cultural arabigo-andausí, ha
sido sede de una reciente reunión del World Political Forum, una
auténtica red de intelectuales y ex mandatarios políticos que
trabajan por la paz, presidida por Mijai Gorbachov.
Entre la treintena de personalidades
participantes destacan Shlomo Ben-Ami,
exembajador de Israel en España, el director del Instituto de
Estudios Internacionales de Portugal, Alvaro De Vasconcelos, el ex
primer ministro de Francia, Michel Rocard. Amitai Etzioni,
Director del Institute for Communitaran Policy Studies de la
Universidad de Wasington, Mohamed Charfi. ex ministro de Educación
de Tunez y Mesut Yilmaz, ex primer ministro de Turkía.
La red civil española de
la
UNESCO estuvo representada en este seminario por José Antonio
Ortega, Presidente de la Confederación Española de Centros, Clubes y
Federaciones UNESCO, Rufina Moreno, Coordinadora estatal de la Red
de Escuelas Asociadas a la UNESCO y Miguel Carrascosa, Presidente
del Centro UNESCO de Andalucía.
Entre las ideas más sobresalientes defendidas en este foro destaca
la necesidad de crear
un nuevo
pensamiento que responda a los desafíos de un mundo que cambia a
un ritmo acelerado, Los expertos consideran esencial el impulso de
esfuerzos activos de las organizaciones de la sociedad civil y de
las instituciones para implicar a millones de personas en el proceso
del que ha de fructificar un mejor entendimiento de culturas, credos
y civilizaciones.
La redes civiles
de Clubes y Centros, Escuelas Asociadas y Cátedras UNESCO son
ejemplos de trabajo continuado en pro de este nuevo pensamiento
ético de naturaleza universal y solidaria. Se cumplen en estas
fechas, el sesenta aniversario de la constitución de la ONU y de la
firma de las constituciones de la UNESCO. Es un buen momento para
que las redes civiles solidarias existentes en el orbe renovemos
nuestro compromiso en pro de la paz mundial, impulsando
decididamente el diálogo de presencial y virtual de civilizaciones.
Con ello presionaremos a los dirigentes políticos a pasar de las
palabras vacías a las acciones prácticas consensuadas y
transformadoras, un auténtico clamor de humanidad.
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