1 Este trabajo ha sido realizado en el marco del Proyecto de Investigación HUM2006-11296/HIST del Ministerio de Educación y Ciencia. La Consejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ha financiado los estudios de campo realizados en la Motilla del Azuer.


INTERPRETACIÓN Y DIFUSIÓN: DOS FORMAS DIFERENTES DE VER EL PATRIMONIO

INTERPRETATION AND DIFFUSION: TWO DIFFERENT WAYS OF LOOKING AT THE HERITAGE

Antonio RUIZ PARRONDO

Resumen

El presente trabajo pretende dar un poco de luz sobre la dicotomía interpretación y difusión, dos conceptos muy desarrollados en los últimos tiempos tanto en el campo de la naturaleza como en el campo de la arqueología. Aquí desarrollamos ambos conceptos de un modo teórico y dejamos nuestras propias definiciones.

Palabras clave

Interpretación, difusión, patrimonio, arqueología, turismo.

Abstract

The present work tries to give a bit of light on the dichotomy interpretation and diffusion, two concepts very developed in the last times both in the field of the nature and in the field of the archaeology. Here we develop both concepts of a theoretical way and leave our own definitions.

Key words

Interpretation, diffusion, heritage, archeology, tourism.

Actualmente existe cierta confusión entre los términos de interpretación y difusión, se funden en uno sólo o se mezclan ambos conceptos. Esto crea, por un lado, dificultades en la musealización y, por otro, una mala praxis en el uso de ambas nociones, que conlleva que el público no alcance a comprender lo que se le está explicando, con la consecuente falta de interés para, finalmente, al carecer de motivación no repetir la visita. Esta experiencia no satisfactoria lleva implícita una “publicidad” que, en este caso, incidirá negativamente en otros visitantes (familiares y amigos).


INTERPRETACIÓN

En las últimas décadas hemos asistido a un incremento de la utilización social del patrimonio, debido en gran parte a las nuevas formas de aprovechamiento del tiempo libre y también a la promoción del turismo cultural y ecológico.

Aquí es donde se desarrolla la interpretación que podríamos definirla como un método para acercar el patrimonio al ciudadano a través de una gran variedad de recursos de presentación y animación, “con esto, podemos decir que la interpretación es un método para la presentación, comunicación y explotación del patrimonio, con el objetivo de aprehensión y utilización del mismo con finalidades culturales, educativas, sociales y turísticas” (PADRÓ WERNER 1996: 9).

Ahora bien en España la interpretación es una disciplina poco conocida y de escasa implantación, que posee dos áreas de trabajo bien definidas:

• Programas didácticos: dirigidos a grupos homogéneos, con intencionalidad educativa.

• Programas interpretativos: dirigidos al público en general, que acude voluntariamente, con finalidad recreativa. Son grupos heterogéneos.

Que haya dos programas no excluye a veces que los planteamientos didácticos coincidan con los interpretativos.


EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO INTERPRETACIÓN

La interpretación no es un fenómeno nuevo sino que es una de las prácticas más antiguas de transferencia cultural. La introducción del término interpretación está ligada a la historia de los parques naturales americanos, Aldrigde cita dos puntos principales para el origen de este término (ALDRIGDE 1989: 69):

• Los parques nacionales de EE. UU., inspirados en las ideas del disfrute público y la conservación de la naturaleza.

• Los parques de la vida cotidiana escandinavos, cuya finalidad era divulgar la etnología regional del norte de Europa.

El origen norteamericano de esta disciplina se comprende si observamos el desarrollo de sus parques y las características de la vida social norteamericana y sus valores culturales. En este sentido para comprenderla mejor tendremos que centrarnos en el comienzo de la misma, es decir, en los parques declarados en EEUU a finales del siglo XIX, que eran desconocidos para el gran público, ya que coincidían con parajes remotos y agrestes, de difícil acceso, que sin el acompañamiento de un buen conocedor de la zona, los llamados naturalistas, resultaban prácticamente inaccesibles. Estos naturalistas llevaban a los visitantes por senderos y rutas muy complicados, además con su entusiasmo lograban que el visitante vibrara con el mensaje que le daban, que era muy cercano y lírico.

Con el cambio de siglo, los naturalistas, empiezan a hacer arte de su oficio: el arte de revelar la esencia de un lugar y hacer que los visitantes se compenetren y se inspiren con ello. En este periodo tenemos a Enos Mills, que fue uno de los primeros naturalistas que cambió su denominación, creando una nueva, guías de naturaleza, que con sus explicaciones sobre la naturaleza hacían que el visitante se interesara por ella.

En la década de los años veinte, comienza la profesionalización, organizándose cursillos y periodos de entrenamiento para dichos guías. De nuevo se les cambia su denominación por naturalistas del parque. Ahora ya no se centran, como en los periodos precedentes, en la mística del lugar sino en la divulgación de los valores del área.

En la siguiente década, los programas interpretativos están apoyados por organizaciones conservacionistas y por la administración (WEAVER 1982: 50). Después de la segunda guerra mundial, hay un resurgir de las actividades interpretativas, ya que aumenta la demanda de visitantes a los parques naturales. En este momento al conjunto de servicios que se le ofrecen al visitante se le denomina interpretación y a los profesionales interpretes naturalistas.

A partir de los años sesenta, recibe múltiples y sólidas aportaciones que provienen de diversos campos científicos y del conocimiento humano. En este momento se les considera intérpretes. Con el boom ambiental que se produce en este periodo, pasó a denominarse la profesión de forma casi universal como interpretación ambiental.

Ya en la década de los setenta, la planificación se hizo más fuerte y no podemos dejar de referir la “fiebre por los centros de visitantes” que constituyó un gran esfuerzo técnico y presupuestario. En este periodo se potenció la investigación y la evaluación. En los años ochenta pasó a denominarse interpretación ambiental.

En la actualidad el intérprete, independientemente que sea geógrafo, biólogo o arqueólogo, es ante todo, un comunicador, y su campo profesional es muy variado.

En el campo laboral, la interpretación es una profesión; en el Taller Internacional sobre Interpretación Ambiental en Áreas Silvestres Protegidas, celebrado en el parque nacional de Puyehue, Chile, en 1988, se unificaron una serie de conceptos y se establecieron los criterios básicos para seguir profundizando en el desarrollo de la interpretación en los espacios naturales protegidos de Latinoamérica.

En la actualidad, la interpretación es una de las principales estrategias de comunicación con el público en parques naturales y arqueológicos, contribuyendo a ordenar el flujo de visitantes, los patrones de visita con relación al uso del espacio, disminuyendo el vandalismo, y promoviendo actitudes compatibles con la conservación.


DEFINICIONES DE INTERPRETACIÓN

La definición de interpretación está ampliamente extendida, aunque es frecuente que las instituciones que utilizan esta disciplina posean la suya. Los diferentes autores que han tratado el tema han emitido su propia definición.

Para Freeman Tilden, es una “actividad educativa que pretende revelar significados e interrelaciones a través del uso de objetos originales por un contacto directo con el recurso o por medios ilustrativos, no limitándose a dar una mera información de los hechos”. Posteriormente, sustituyó actividad educativa por actividad recreativa (TILDEN 2006: 110-111).

Para Don Aldridge, “es el arte de explicar el lugar del hombre en su medio, con el fin de incrementar la conciencia del visitante acerca de la importancia de esa interacción, y despertar en él un deseo de contribuir a la conservación del ambiente” (ALDRIGDE 1973: 22-24).

La Countryside Commission, se refiere a la interpretación como “el proceso de desarrollar el interés, el disfrute y la comprensión del visitante por un área, mediante la explicación de sus características y sus interrelaciones” (COUNTRYSIDE COMMISSION 1970: p. 22).

Paul Risk, la define como “la traducción del lenguaje técnico y a menudo complejo del ambiente, a una forma no técnica, con el fin de crear en el visitante una sensibilidad, conciencia, entendimiento, entusiasmo y compromiso hacia el recurso que es interpretado” (RISK 1982: 120).

Para Jorke Edward, “posee cuatro características que hacen de ella una disciplina especial: es comunicación atractiva, ofrece una información concisa, es entregada en presencia del objeto en cuestión y su finalidad es la revelación de un significado” (EDWARD 1976: 5).

Bob Peart, la define como “un proceso de comunicación diseñado para revelar al público significados e interrelaciones de nuestro Patrimonio natural y cultural, a través de su participación en experiencias de primera mano con objeto, artefacto, paisaje o sitio” (PEART 1977: 44).

Para la Asociación para la Interpretación del Patrimonio (AIP) (España), “la interpretación del Patrimonio es el arte de revelar in situ el significado del legado natural, cultural o histórico al público que visita esos lugares en su tiempo libre” (AIP).

Estas definiciones están bien estructuradas, pero a todas ellas les faltan dos componentes importantes: Elemento recreativo y Expresión inspiradora.


PRINCIPIOS DE INTERPRETACIÓN

El esfuerzo interpretativo es un sutil eslabón que une al público con el lugar de visita. Los principios de la interpretación propuestos por Tilden, considerado para muchos como el padre de la interpretación son seis (TILDEN 2006: 105):

1. Cualquier forma de interpretación que no relacione los objetos que presentan y describen con algo que se encuentren en la experiencia y la personalidad de los visitantes, será totalmente estéril.

2. La información no es interpretación, es una revelación basada en la información. Son dos cosas diferentes. Sin embargo toda interpretación incluye información.

3. La interpretación es un arte que combina muchos artes para explicar las materias presentadas.

4. La interpretación persigue la provocación y no la instrucción.

5. Debe ser la presentación del todo y no de las partes aisladamente, y debe dirigirse al individuo como un todo y no solo a una de sus facetas.

6. La interpretación destinada a los niños no debe ser una mera dilución de lo entregado a los adultos, requiere un enfoque radicalmente diferente, en el mejor de los casos necesitarán programas específicos.


LOS PRINCIPIOS DE INTERPRETACIÓN DEL SIGLO XXI

En la obra titulada “Interpretation for the 21st Century”, escrita por los profesores Larry Beck y Ted Cable, se añaden nueve principios a los seis mencionados anteriormente (BECK y CABLE 1998: 95):

1. Todo lugar tiene su historia. Los intérpretes pueden revivir el pasado para hacer que el presente sea más placentero y que el futuro requiera un mayor significado.

2. Las altas tecnologías pueden revelar el mundo de maneras nuevas y apasionantes. Sin embargo la incorporación de estas tecnologías a los programas interpretativos debe hacerse con cuidado y precaución.

3. Los intérpretes deben cuidar la cantidad, la calidad y la información a presentar. Bien sintetizada y fundamentada en una buena investigación, la interpretación tendrá más poder que un discurso.

4. Antes de aplicar los diseños en interpretación, el intérprete debe conocer la técnica básica de comunicación.

5. Los textos interpretativos deberían transmitir aquello que a los lectores les gustaría conocer, con la autoridad del conocimiento y la humildad y responsabilidad que ello conlleva.

6. Un programa interpretativo debe de ser capaz de conseguir apoyo sea cual sea la ayuda necesaria para que el programa prospere.

7. La interpretación debería estimular las capacidades de la gente e infundir un deseo de sentir la belleza de su alrededor, para elevar el espíritu y propiciar la conservación de aquello que es interpretado.

8. Los intérpretes deben ser capaces de promover actividades interpretativas óptimas, a través de programas y servicios bien concebidos y diseñados de forma intencionada.

9. La pasión es el ingrediente indispensable para una interpretación poderosa y efectiva; pasión por el rasgo que es interpretado y por aquellos que vienen a inspirarse con él.


LA DOCTRINA DE INTERPRETACIÓN

Doctrina es un término empleado por varios autores (Aldridge, Garay, Sharpe) para referirse a las especiales connotaciones de la interpretación, a las diferencias con otras disciplinas y a los aspectos que las caracterizan.

La interpretación del Patrimonio tiene los mismos intereses y objetivos que ciertas modalidades de educación ambiental; pero se diferencia de ellas; primero por el método, si bien, a veces, puede coincidir. La segunda diferencia son los destinatarios, las actividades de difusión van dirigidas a grupos organizados y estructurados para un fin educativo; mientras que las actividades de interpretación van dirigidas a visitantes fortuitos y voluntarios.

Además, la interpretación tiene una estrecha relación con el turismo, según Edwards, la interpretación es un tipo de comunicación, que implica que se envía un mensaje y que este es recibido (EDWARDS 1976: 6). Se pretende que tras la experiencia interpretativa, el visitante adquiera una visión distinta y singular de un lugar (MACHADO 1982: 250).

Un objetivo fundamental de la interpretación es incrementar el disfrute y la satisfacción del visitante. Si logramos este objetivo, después podemos intentar otros, como los de gestión o los orientados a influir en las actitudes y comportamientos del público (BIGGS y ROTH 1986: 49-56).

La interpretación no es solamente un conjunto de técnicas es también la creación de unas sensaciones en el corazón y en la mente del visitante (CAWOOD 1986: 62), es alentar a la gente a reflexionar y no decirles lo que tienen que pensar (ALDRIDGE 1989: 65), debe estimular el pensamiento crítico, brindando los objetivos del juicio para que el visitante descubra significados y asuma su virtual importancia, que saque sus propias conclusiones.


INTERPRETACIÓN Y TURISMO

Las relaciones con el turismo son evidentes ya que el turista enriquece su experiencia merced a un buen conocimiento del lugar que visita, y el emisor, con una buena comunicación, mejora la calidad de su producto.

El turismo puede ser abordado desde dos vertientes:

• Cultural, que es la actividad de relación entre personas, ambientes o pueblos.

• Económica, que es lo que se define como industria.

La interpretación puede desempeñar un papel significativo para ayudar a controlar el impacto del turismo, potenciando los aspectos positivos y contribuyendo a limar los negativos siempre y cuando esté bien planificada.

Todo plan de interpretación debe de sustentarse en un conocimiento de la demanda turística de la zona, manejar estos datos de forma objetiva. En definitiva, un registro indispensable para cualquier actividad turística pueda tener éxito, es la información.

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Figura 1. Comparación entre las situaciones de Aprendizaje Formal y No Formal.

 

No todos los sitios pueden ser interpretados, todo lugar requiere un minucioso análisis motivado por un interés general o particular, y/o la necesidad de controlar u ordenar de alguna forma el uso que ese interés produce en la zona. El rasgo con potencial interpretativo es todo objeto, proceso o fenómeno que merece ser interpretado o que tiene importancia interpretativa. Se debe interpretar sólo donde sea preciso. Peart, establece una comparación entre aprendizaje formal y no formal (PEART 1986: 12) (Fig. 1).

¿Qué podemos interpretar? En un parque nacional o en un yacimiento arqueológico es fácil la respuesta, se interpretan los valores naturales y culturales de los mismos, pero pueden tratarse de otro tipo de elementos.

Conviene elegir los valores más representativos de cada área, con un desarrollo de los contenidos de una manera imaginativa e inspiradora. Las formas en que se entregan estos contenidos son:

• Desarrollo de temas, concepto englobado en una frase general y sugerente.

• Historias o relatos, se unen los conceptos en un argumento o guión.

Pero también hemos de considerar los valores propios de cada lugar. Lippman, sugiere (LIPPMAN 1977: 22):

• Mantener un reconocimiento de la dignidad humana y el derecho de los otros a sostener creencias y valores diferentes a los nuestros.

• Fomentar actitudes que incluyen el respeto por los sentimientos y estimular la empatía y la amistad hacia la gente de otras culturas.

• Aprender a aceptar las diferencias con agrado e interés, como una forma de enriquecer nuestra propia vida y nuestra concepción del mundo, en lugar de suponer un grado de inferioridad por parte de la cultura diferente.

La forma más efectiva de interpretar es a través del contacto directo del visitante con el rasgo (carácter), donde el intérprete es el mediador que traduce los contenidos inherentes a aquél.

Hay una gran variedad de destinatarios, por esto hay que planificar la interpretación con una diversidad de medios y programas. Tenemos que evitar toda alusión técnica y el uso de conceptos científicos; conviene ser breve, simple y conciso en el mensaje.

Field y Wagar, sostienen que lo que más busca la gente en su visita a los lugares con servicios interpretativos es informalidad e interacción social (FIELD y WAGAR 1973: 12-17).

Las variables que se consideran básicas de los visitantes son: edad, nivel de estudios, cultura, experiencia, expectativas de la visita. Hay que considerar también el lugar de procedencia, el tamaño del grupo y el tipo de viaje. La interpretación ha de ir enfocada al aspecto variado del visitante.

Para Machlis, Field y McDonough (MASCHLIS y FIELD 1974: 19-25, MASCHLIS y MCDONOUGH 1978: 89) los grupos de niños se pueden estudiar según estas variables: propósito del grupo, tamaño y composición. A su vez, acción y fantasía son ingredientes indispensables para cualquier actividad diseñada para niños. Determinadas actividades interpretativas serán pertinentes o no dependiendo de la edad de los participantes y del entorno donde se realicen. Hay que considerar en la planificación niveles con respecto a los diferentes visitantes: Niveles de disfrute, Niveles de complejidad de la información y Niveles de habilidades motoras o destrezas.


PÚBLICO ESPECIAL

El Artículo 49. Capítulo 3º de la Constitución española dice que: “Los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos que este Título otorga a todos los ciudadanos”.

Hay que hacer los diseños poniendo especial atención a que todo esté adaptado a las personas con discapacidad ya que las discapacidades son diversas, habría que resaltar dos aspectos relativos al acceso de los discapacitados:

• La supresión de las barreras físicas.

• Acceso a los programas, que puedan participar de las actividades.


LA GESTIÓN

La interpretación es una parcela de la gestión cuya razón de ser son los visitantes en su tiempo libre pero su fin último es la conservación. A finales del siglo XIX, John Muir, llegó a considerar a la interpretación como un ritual para reintroducir a la gente en su patrimonio natural.

Actualmente resulta un poco paradójico que los objetivos principales de los diferentes sitios interpretados sean, por un lado, permitir el gozo del visitante a los mismos y por otro, protegerlos para el disfrute de las futuras generaciones. Para evitar este conflicto, hemos de conjugar una gestión equilibrada con las necesidades de protección, etc.

De hecho la interpretación es una parte consustancial de las medidas preventivas a largo plazo de las causas de muchos de los problemas a que se enfrentan los diferentes lugares interpretado, ya que pueden ayudar a la educación de la gente e incluso reducir el vandalismo.

Según Seel los gestores deben reconocer que todas las formas de interpretación que tienen lugar en el medio, normalmente dejan algún tipo de impacto y degradación en el entorno, especialmente si las actividades no han sido bien planificadas o ejecutadas (SEEL 1987: 10). Este autor nos dice que para contribuir a disminuir estos impactos ha de haber un estrecho contacto entre los servicios de uso público y los de protección, y que el intercambio debe de hacerse a todos los niveles.

La preocupación principal de los administradores debería ser que el público ha de irse con la sensación de haber disfrutado de su estancia. La imagen es muy importante, los intérpretes son relaciones públicas.

Si nos comunicamos con nuestros visitantes, compartimos con ellos nuestro entusiasmo o nuestras preocupaciones, y le explicamos el por qué un determinado rasgo es único o tal actividad es perjudicial, y para ello hemos de utilizar unas técnicas y un lenguaje que cautive su interés. En resumen podemos decir que la interpretación es un instrumento de gestión por los siguientes aspectos (MORALES MIRANDA 2001: 105):

• Promueve un comportamiento acorde con el lugar, concienciando acerca de la importancia de conservarlo, provocando y persuadiendo.

• Favorece un buen uso del espacio, concentrando o dispersando a los visitantes.

• Puede ser utilizada para explicar ciertos aspectos de la propia gestión.

• Si la interpretación está bien ejecutada, puede servir para promover una buena imagen de la institución.


VALORACIÓN DEL CONCEPTO INTERPRETACIÓN

Hasta este momento hemos realizado un análisis de los diferentes autores que han teorizado sobre este término. Ahora vamos a dar nuestra propia opinión sobre esta disciplina.

La interpretación como hemos visto surge a finales del siglo XIX en Estado Unidos como una forma de acercar al neófito al mundo de la naturaleza, a través de personajes como Enos Mills que conocen su entorno y llevan al visitante a evocar experiencias jamás vividas.

Como vemos la interpretación es subjetividad, no separa lo científico de lo profano, y la lleva a perder la objetividad (se hace de manera consciente y consecuente) que debería llevar toda disciplina, y más esta que pretende acercar determinados campos (patrimonio natural, cultural,…) al visitante en general, y siempre diferenciando al público en edades.

Para nosotros la interpretación como tal no llega a lo que pretendemos, ya que le falta el componente objetivo que la haga ser transmisora de un mensaje limpio y no lleno de impurezas, ya que depende del intérprete, no de lo que interpreta.

Ahora bien para nosotros el concepto de interpretación sería, llevar a cualquier visitante independientemente de su edad, nivel de estudios o conocimiento del sitio o lugar que se le está presentando, a un conocimiento real de lo que ve, toca o siente, no sólo evocando o rememorando “batallitas” o utilizando un lenguaje cercano, sino también llevándolo a conocer la realidad que está en ese momento conociendo. Por lo tanto, no sólo hay que hacer que el lenguaje que se está utilizando sea entendible sino también intentar hacer comprender que dónde se está no son sólo unas cuantas “piedras viejas” sino que allí, en el pasado había gentes viviendo, que realizaban una serie de trabajos y que no son otros que nuestros antepasados.

Y tampoco hemos de circunscribir esto al “tiempo libre” sino que es en sí una actividad formadora del presente y del futuro a través del pasado.

Por lo tanto, la interpretación, es usar nuestro patrimonio (natural o cultural), a través de los restos que han llegado a nosotros desde el pasado, de una forma cercana y veraz, pero dándole al intérprete cierto margen de libertad.


DIFUSIÓN

En los últimos años se han desarrollado nuevos modelos de difusión pública de los recursos tanto culturales como naturales. La crisis por la que ha pasado las teorías de la museología ha hecho que aparezcan experiencias de renovación y nuevas formas de gestión y dinamización del patrimonio.

La difusión, podríamos definirla, “como una gestión cultural mediadora entre el Patrimonio y la sociedad” (MARTÍN GUGLIELMINO 1996: 15), por tanto la difusión en sí misma no es la información.

Anteriormente hemos dado la definición de difusión como una gestión cultural mediadora entre el Patrimonio y la sociedad. “Gestión porque implica un proceso complejo que abarca documentar, valorar, interpretar, manipular, producir y divulgar no sólo el propio objeto sino un modelo comprensible y asimilable de dicho objeto en su relación con su pasado histórico y su medio presente. Cultural porque trabaja con la obra del hombre, tangible e intangible, pasada y presente, que rodea e influye al ciudadano de hoy hasta ser parte de su historia y por lo tanto de su identidad. Mediadora porque requiere de una técnica y un soporte material independiente del objeto y ajena al sujeto que la recibe” (MARTÍN GUGLIELMINO 1996: 15).

Tiene que haber difusión del Patrimonio en la escuela, en el museo, en el archivo, en la biblioteca, en el yacimiento arqueológico, en el centro de interpretación o de visitantes, etc. pero para que sea difusión necesita una técnica, una acción, recursos materiales y humanos dedicados, dirigidos y encaminados a este propósito. También debe de haber interrelación y coordinación para tener una lectura coherente de nuestro entorno cultural o natural.

No debemos olvidar que el fin u objetivo último de la difusión, es el conocimiento de la historia, entendida como una ciencia que estudia realidad histórica de un pueblo o comunidad, a partir de la cual dicho pueblo descubre su identidad.

Hablar de Patrimonio es, hablar de investigación, de inventario de objetos materiales e inmateriales, de centros históricos, edificios, sus enseres, etc. en definitiva es hablar de todo, hasta el más mínimo detalle.

Tenemos que analizar la difusión del Patrimonio Histórico desde tres ópticas diferentes:

La primera, vinculada al Patrimonio en sí. Desde este concepto, la difusión estaría vinculada con el proyecto, es decir, una operación espacial para establecer un orden de ese espacio y jerarquizar sus funciones en un “proyecto del todo” que constituya su adecuación y puesta al día.

La segunda, estaría ligada con la sociedad y se sustenta en comprender al Patrimonio Histórico como factor de desarrollo sostenible.

Y la tercera sería, que la difusión estaría englobada en el concepto de comunicación, ya que no habrá difusión del patrimonio si el técnico corta el nexo de comunicación ascendente y no se integra en el proceso de mediación; ello implica que no hay difusión sin público, ya que serán quienes nos establezcan los criterios de la difusión.


EL TERRITORIO

En nuestro caso el ámbito de la difusión del patrimonio será el territorio de la Comunidad Autónoma Andaluza, este será el punto de encuentro entre el hombre y el patrimonio.

Podemos decir que sin una valoración cultural del territorio, que nos ponga de manifiesto la singularidad de sus recursos humanos y estimular la confianza y la creatividad de la comunidad, es difícil que nuestra colectividad despegue en su desarrollo económico.

La difusión del patrimonio como factor de desarrollo se debe inscribir en una amplia reflexión sobre los modos de revitalizar el espacio con el fin de propiciar una distribución más equilibrada y de preservar los territorios con gran riqueza patrimonial tanto histórica - arqueológica como natural, y que en el futuro sean portadores de vida.

Pero, ¿dónde recae el sustento organizativo de la difusión del patrimonio? En la actualidad, casi exclusivamente en la administración pública, y dentro de ella conviven el político con el técnico, el burócrata y el renovador, la centralización y la descentralización. Una gestión razonable y eficaz será aquella que sepa dosificar estos opuestos en función de las circunstancias.


VALORACIÓN DEL CONCEPTO DIFUSIÓN

La difusión del patrimonio (natural o cultural) no es solo “exponer” al visitante unos objetos con paneles, carteles, medios audiovisuales, etc., sino llevar al público en general o en particular, independientemente de la edad o nivel cultural, una visión lo más cercana a la realidad, objetiva y limpia. Hacer que el visitante tenga una punto de vista lo más completo posible del sitio en el que se encuentra.

Nosotros cuando hablamos de difusión, indicamos, que cuando el visitante termina su recorrido, se lleva un conocimiento adquirido de dónde ha estado, también una sensación agradable que le hace querer volver y repetir la visita, pero es muy importante que se vaya con la sensación de que protegiendo su patrimonio está honrando su memoria histórica.

Por lo tanto, la difusión del patrimonio es hacer llegar al público un mensaje objetivo de lo que ve, darle un conocimiento de su pasado, enseñarle a respetar lo que ve, lo que toca como algo propio. Difundir es acercar el patrimonio al público en general de una forma sencilla, clara y veraz.

El objetivo prioritario de este concepto es llevar a cabo una serie de actividades lo más variadas posibles para atraer e interesar a diferentes sectores de la población mediante una comunicación adecuada e intentando que se genere el deseo de repetir.

La diversidad de público es un factor que debemos tener en cuenta a la hora de organizar unos servicios o programar unas actividades educativas. Por ello, no debemos ceñirnos a las técnicas educativas tradicionales sino que se ha de buscar nuevos métodos y medios que permitan aprovechar al máximo las posibilidades y facilitar la participación creativa de los diferentes sectores de la población.

El visitante libre de forma individual o en grupo, los centros escolares, los centros de la tercera edad y diversos colectivos como asociaciones culturales son los principales protagonistas, demandando unas actividades socioculturales alternativas, culturales y medioambientales.

Por ello una visita individual o en grupo, fundamentalmente de centros escolares, de la tercera edad o de diversos colectivos, ha de estar bien organizada. Conviene no olvidar que toda planificación encaminada a que la difusión esté al servicio de la ciudadanía debe tener en cuenta las características, las necesidades, el comportamiento y las demandas de los distintos sectores de público que acude a ella, traduciéndose en diferentes tipos de ofertas.


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