Uno de los retratos más conocidos de Lucas Mallada y Pueyo, conservado en el Instituto Tecnológico Geominero de España (proporcionado por el Dr. Trinidad de Torres Pérez-Hidalgo) |
En 1847, Joaquín Ezquerra del Bayo publicó los Elementos de Geología, traducción española (con adición de datos sobre la geología española) de los Elements of Geology de Charles Lyell. Con la difusión de este libro, se abre a los geólogos españoles la fundamentación y la metodología de las modernas ciencias de la Tierra. Es la época de la confección del Mapa Geológico de España, la época de gigantes de la geología española, que se inicia con Casiano de Prado y se continúa con José Macpherson, Vilanova y Piera, Almera, Luis Mariano Vidal, Palacios, Gonzalo y Tarín y otros. Entre los cultivadores de esta disciplina en el siglo XIX hay que destacar al Ingeniero de Minas, D. Lucas Mallada y Pueyo. Sus conocimientos geológicos y paleontológicos le han merecido ostentar el título de "fundador de la Paleontología Española". |
ÍNDICE
Datos biográficos
Mallada y el Mapa Geológico de España
Mallada y la Paleontología
Los escritos de contenido social y político de Mallada
Últimos honores: Mallada, académico
Obras geológicas y paleontológicas más importantes de D. Lucas Mallada
Algunas publicaciones de contenido social y político de Lucas Mallada
Bibliografía sobre la figura humana y paleontológica de Lucas Mallada
Lucas Mallada nació en la ciudad aragonesa de Huesca el 18 de octubre de 1841. Su padre, modesto funcionario de la Diputación, procuró para su único hijo una educación esmerada. Hacia 1848, cuando Lucas contaba siete años de edad, decidió trasladarse a Zaragoza en busca de nuevos horizontes profesionales. En la capital de Aragón, continuó su trabajo en la Diputación, y lo compaginó con el de contratista de obras y los estudios de magisterio.
En 1859 (el año en que Darwin publicaba su Origen de las Especies) la familia se traslada a Madrid, donde consigue un puesto de maestro, carrera que más tarde culminaría en el puesto de Director de la Escuela Normal del Magisterio.
Estos cambios de domicilio hicieron que el joven Lucas iniciase el bachillerato en Zaragoza y lo finalizase en Madrid en junio del año 1860. No se conocen los motivos personales por los cuales Lucas se inclinó por los estudios de Ingeniería de Minas. En el antiguo edificio de la Escuela Superior de Ingenieros de Minas inicia sus estudios el curso académico 1860-1861, culminándolos cinco años más tarde, en 1865, cuando contaba 24 años de edad. Su expediente académico, que se conserva en los archivos, muestra que no era un alumno excesivamente brillante: en su promoción, compuesta por diez estudiantes, ocupaba el penúltimo lugar si nos atenemos a las calificaciones. Sin embargo, su talento para "leer" la rocas se despertó con fuerza durante sus prácticas reglamentarias en las minas de mercurio de Almadén (Ciudad Real).
Mallada y el Mapa Geológico de España
En el siglo XIX, los Ingenieros de Minas pasaban a ser automáticamente un Cuerpo del Estado. Por ello, es destinado por la Dirección General de Minas al distrito minero de Asturias, donde se encargó también de una cátedra en la Escuela de Capataces de Minas de Sama de Langreo. Pide ser trasladado a Teruel y en el año l870, al consolidarse la Comisión del Mapa Geológico de España iniciado por Ezquerra del Bayo en 1850, consigue ser destinado a ella para realizar su vocación de geólogo de campo y paleontólogo. En esa época, la Comisión arrastraba una vida lánguida por falta de recursos económicos.
Mallada se traslada a Madrid en 1870, cuando cuenta 29 años. Su entusiasmo por la geología, la capacidad de organización y la energía derrochada, hacen que sus superiores se fijen en él. En el año 1873 el Ingeniero de Minas Manuel Fernández de Castro, que había realizado una ingente labor en Cuba, se hace cargo de la Dirección de la Comisión del Mapa Geológico de España. Sus ojos se fijan en el joven Lucas Mallada y descubre en él valores ocultos que había que desarrollar. Hasta 1911, fecha en la que se jubila por edad, Mallada estará vinculado al Mapa Geológico.
Con el apoyo moral de Fernández de Castro, comienza una serie de trabajos de Geología básica por todas las provincias españolas entre 1875 y 1890. Un excelente conjunto de Memorias del Mapa Geológico, que ocupaban un total de 5.654 páginas, serán publicadas en un tiempo record: Cáceres, Huesca, Córdoba, Navarra, Jaén y Tarragona. Estas Memorias iban acompañadas por mapas geológicos provinciales de escala 1:400.000 realizados en condiciones muy duras. La labor desarrollada por Lucas Mallada en el Cuerpo de Ingenieros de Minas y en el Instituto Geológico y Minero de España fué encomiable en todos sus aspectos. Su trabajo de campo como ingeniero y paleontólogo se realizó en condiciones muy difíciles, por la gran agitación política y social. Son los años del exilio de la reina de España Isabel II, del reinado de Amadeo de Saboya y la restauración de la monarquía borbónica con Alfonso XIII. Entre guerras civiles, caciquismo y abandono de las clases populares, Mallada recorre España confeccionando minuciosamente los mapas geológicos y anotando con gran sentido su pesar ante la pobreza de pueblos y campos.
La síntesis de todos estos trabajos comenzóa editarse a partir de 1875 como Explicación del Mapa Geológico de España (Mallada, 1875-1911). Cuando se reunió un número de Memorias suficiente para tener un conocimiento general de la Geología de España, pudo realizarse uno de los grandes objetivos de Fernández de Castro: la publicación de un Mapa Geológico Nacional de España a escala 1:400.000. Este fue presentado por fín en 1889.
Mallada y la Paleontología
Hombre de profundos conocimientos geológicos, Mallada valoró siempre en su justa medida el valor del registro fósil dentro de los estudios estratigráficos. Preocupado por el escaso conocimiento paleontológico de sus colegas del Mapa Geológico inició en 1875 la recopilación de datos para la publicación de lo que sería la Sinopsis de las especies fósiles que se han encontrado en España. Fruto del tesón de su trabajo, el material fué publicándose en el Boletín Geológico y Minero entre los tomos II y XVII (entre 1875 y 1891). Simultáneamente se publicaron en volúmenes aparte: Terreno Paleozoico (1878), Sistemas Triásico y Jurásico (1885) y Sistema Cretácico inferior (1887). Contienen una ingente cantidad de información dispersa entonces en la bibliografía de final de siglo. Se describen en la Sinopsis unos mil quinientos fósiles que se figuran a lo largo de cerca de doscientas láminas.
Para la comunidad científica de paleontólogos españoles es un deber y sobre todo un motivo de orgullo profesional divulgar sus aportaciones a través, sobre todo, de la Sinopsis y del Catálogo General de las especies Fósiles encontradas en España publicado en 1892.
El objetivo de la publicación de la Sinopsis de las especies fósiles, publicada entre 1978-87, fue el de colaborar a resolver una gran dificultad de los miembros de la Comisión del Mapa Geológico para utilizar los fósiles como auxiliar del geólogo de campo y de laboratorio, de acuerdo con las modernas ideas de Lyell: "la carencia de un cuerpo de doctrina donde se hallen reunidos los diversos materiales hasta ahora conocidos de la Paleontología española" (Mallada, 1878, p.1). Y más adelante escribe: "Reunir en un solo volumen los esparcidos datos obtenidos hasta el día y presentar los rasgos más notables de cada especie, nos parece de interés para los principiantes, que por falta de los libros de Paleontología necesarios, se ven detenidos en la precisa clasificación de las formaciones, y desmayan o retroceden desde los primeros pasos que se dan en el terreno" (Mallada, 1878, pp.1-2).
Sin embargo, la Sinopsis quedó corta en pocos años. Mallada trabaja por ello intensamente en un proyecto más ambicioso: el de la publicación del Catálogo General de las especies Fósiles encontradas en España. Este no vio la luz pública hasta cinco años más tarde, en 1892. El objetivo perseguido por Mallada con su publicación es expresado por él mismo: "Resultaba, por tanto, a causa de tantos trabajos nuevos, que nuestra Sinopsis iba quedado anticuada; y por otra parte, su objeto es diferente del correspondiente a este Catálogo. En aquélla nos proponíamos difundir en nuestro país la afición a los estudios geológicos, sobre todo entre los individuos del ramo de Minas que se decidieran a auxiliar las tareas de la Comisión del Mapa al mismo cuerpo de Ingenieros encomendado; mientras que el Catálogo que hoy emprendemos se destina de preferencia a las personas ya versadas en este ramo de la ciencia que quieran contribuir a obtener algún día un índice completo, exacto y de incuestionable utilidad en que se incluyan todas las especies fósiles de España" (Mallada, 1892, p.2).
Un estudio bibliométrico del Catálogo (Sequeiros, 1982) muestra la amplitud del trabajo realizado con muy pocos medios y en un tiempo que puede considerarse "record". Un total de 4.058 especies fósiles son catalogadas por Mallada. De cada una de ellas se reseñan los yacimientos españoles con referencia a la bibliografía. El autor reseña 303 entradas bibliográficas ordenadas alfabéticamente, de las cuales 174 (el 57%) corresponden a autores españoles y 129 (el 43%) a extranjeros. El número total de autores citados son 143, de los que 64 son paleontólogos españoles. El número total de especies reseñadas por Mallada en su Catálogo General de 1892, es de 4.058. De ellas, 758 son del Paleozoico, 1.820 del Mesozoico, 1.364 del Cenozoico y 115 de la Era Cuaternaria.
Desgraciadamente -tal como sucede en tantas ocasiones- el proyecto inicial de Mallada nunca se vió culminado. Pretendía publicar un Indice alfabético de especies con todas las rectificaciones de los próximos diez años. En sus mismas palabras: "A este fín, el señor Director se propone hacer llegar este Catálogo a la mano de los hombres estudiosos de España y del extranjero, háyanse ocupado o no de los terrenos y fósiles de nuestro país, que se hallen en situación de corregir los defectos de esta obra, para aproximarnos en cuanto quepa a la Verdad, amparo y guía de todas las ciencias" (Mallada, 1892, p.3).
Pero la actividad prodigiosa de Mallada no se redujo a los trabajos de la Comisión del Mapa y a la publicación de la Sinopsis y el Catálogo de 1892. También participó en tareas de docencia superior. En 1879, quedó vacante la Cátedra de Paleontología de la Escuela Superior de Ingenieros de Minas de Madrid, por traslado de su titular, D. Justo Egozcue y Cía. Esta Cátedra le fue ofrecida a Lucas Mallada, que la ocupó brillantemente durante 12 años, entre 1880 y 1892.
Los escritos de contenido social y político de Mallada
Mallada no puede considerarse un puro "técnico" de la geología y la paleontología. Hay una abundante producción literaria publicada entre 1875 y 1905 en la que manifiesta su preocupación por la situación política, económica y social de España. Sus artículos periodísticos en el diario El Progreso del año 1875 fueron recopilados en su libro Los Males de la Patria publicado en 1890. Este ensayo presenta, como nunca se había hecho, un acopio fundamentado de problemas que España tenía y tiene que resolver. Aquí está el problema de la pobreza de nuestro suelo, de lo que hoy se llama "evasión de cerebros", de la mujer española, del hombre español, de los ferrocarriles, de la especulación, de la minería, de la desidia de la Administración Pública, de la Religión Católica, de la emigración, de la agricultura, etc.
La visión de Mallada es pesimista en grado sumo y en algunos puntos se deja llevar del corazón perdiendo la objetividad científica del geólogo. Es la visión crítica y dolorosa de la llamada "Generación del 98". Mucho se ha especulado respecto a las relaciones de Mallada con el político regeneracionista aragonés Joaquín Costa, que bajo la divisa "despensa, escuela y siete llaves al sepulcro del Cid" clamaba por la "regeneración" social de la maltrecha España.
Su historiador Ricardo del Arco opina que Joaquín Costa leyó los artículos y Los Males de la Patria y de ellos sacó datos y le sirvieron de inspiración. Pero Costa y Mallada nunca se encontraron, ni cambiaron correspondencia. Ni Costa cita a Mallada, ni Mallada a Costa.
En sus obras no hay referencia alguna, aunque se ha creido ver en las Cartas Aragonesas dedicadas a S. M. el Rey don Alfonso XIII, publicadas en 1905, una alusión clara al pesimismo de Costa. Esta obrita es un cuaderno de 80 páginas que escribió con ocasión de un viaje que el Rey Alfonso XIII hizo por España después de su coronación. Con lealtad y franqueza expone el estado del país, bien distinto al que mostraron al Monarca en su rápido recorrido.
Últimos honores: Mallada, académico
En 1895, la Real Academia de Ciencias le invitó a ocupar el sillón que, con su muerte, había dejado vacante su mentor D. Manuel Fernández de Castro. El geólogo y paleontólogo aragonés aceptó - quizá con reticencia, como apunta su biógrafo Alastrué - la honrosa invitación y leyó su discurso de ingreso en 1897, poco antes de que leyeran los suyos Práxedes Mateo Sagasta y Santiago Ramón y Cajal. El tema elegido por él mismo fue el de los progresos de la geología española del siglo XIX. En él sintetiza al final de su vida todo lo que, con tanto esfuerzo, habían realizado los geólogos españoles durante este siglo.
Durante los últimos años del siglo XIX y principio del XX, hasta su fallecimiento (el 6 de febrero de 1921) lleva una vida de trabajo riguroso en la Escuela de Minas, frecuenta la amistad de Serafín Baroja, ingeniero de Minas y padre de Pío Baroja. Todo hace apuntar que los siete últimos años de su vida fueron, probablemente, años de enfermedades, de soledad y, quizá - dado el patológico pesimismo de Mallada - de sombría desesperanza.
Leandro Sequeiros |
Prof. Leandro SequeirosCatedrático de Paleontología E-mail: Leandro Sequeiros |
Editor: Marcos A. Lamolda |
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