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Juan Ángel Juristo Blanco.
Negro CULTURAL ABC nº 660, 18 de sept . 2004.
Lo mejor de esta novela de Villar Raso se halla en el vuelo adquirido por el lenguaje: "Al otro lado de la roca...el mar es un naranja repentino que enseguida se extingue y hunde el puerto en la imprecisa luz de unas farolas". De descripciones así está llena la narración, pero esto sólo no determina su especial fascinación. Lo achacaría a la feliz conjunción de un
lenguaje cuidado hasta la minucia en un género, el del thriller, que está oscurecido por una falsa creencia: la que dicta que el lenguaje debe ser fiel reflejo del habla de la calle. El resultado, todo es cuestión de talento, por otro lado, suele ser previsible: el habla se trasmuta en una jerga coloquial propia de magnetófono, cuando no de guión de serie televisiva.
De ahí que novelas como ésta constituyan un hallazgo en el marasmo de este género que conoce en España un extraño auge sólo achacable a la suposición de cierta facilidad de ejecución a la vez que es también el resultado de ser el último refugio del realismo, cuando no del costumbrismo que quiere romper la barrera de la descripción de esos problemas de clase
media en que se refugia el inimismo psicológico. Esta novela trata de un asesinato y la vejación de una violación, y de su venganza a manos de una mujer, Ángela, que ve de qué manera el frágil mundo que se había construido en torno a su marido, Germán, se desvanece cuando entra en escena un psicópata, Benjamín Amador. La narración reconstruye ese frágil mundo y sus evanescentes recuerdos, la aparente minucia de los mismos constituye uno de
los más hermosos ejemplos literarios de esta novela pues están medidos con cierta sabiduría narrativa, pero por encima de todo, está la ciudad, Granada, un lugar que el autor ha querido que viésemos al modo de cualquier
otra en auge no existiese un aplastante patrimonio artístico. Desde luego lo hasta aquí dicho no agota ni mucho menos los hallazgos de la misma: los sutiles matices de lo que siente Ángela, los caracteres de los personajes, muy delineados pero con pincel fino, a veces hasta finísimo..,en fin, una sorpresa en un género que necesita de novelas como ésta.
Juan Ángel Juristo
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