Observatorio del Patrimonio Histórico Español

OBSERVATORIO DEL PATRIMONIO HISTÓRICO ESPAÑOL

INTERVENCIÓN

 

LA REHABILITACIÓN DE LA CASA DE LA MONEDA DE SEGOVIA

 

Tras un largo proceso de deterioro y abandono desde 1976 y una sucesión de intentos malogrados de recuperación, hace poco más de un año, en febrero de 2007, han comenzado las obras de rehabilitación de la Casa de la Moneda de Segovia. La agrupación de edificaciones, canales, patios, huertas y espacios ajardinados que componen la ceca segoviana fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 2000, tras su incoación en 1982, y forma parte del conjunto monumental de Segovia, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1985.

Historia del edificio

Fundado en 1583 por Felipe II sobre un antiguo molino de papel y harina sobre el río Eresma en Segovia, al pie del Alcázar, este edificio industrial debe sus trazas a Juan de Herrera, que por entonces estaba finalizando las obras del Monasterio de El Escorial. En el proyecto colaboran además catorce técnicos alemanes, expertos en el novedoso proceso de mecanizado de la fabricación de moneda mediante el empleo de ingenios de laminación impulsados por ruedas hidráulicas, inventado en Alemania a mediados del siglo XVI. Para equipar la fábrica se trajeron desde Alemania varios de estos ingenios, fabricados en la Casa de Moneda de Hall, cerca de Innsbruck, regalo del archiduque Fernando de Tirol, primo de Felipe II.

En marzo de 1586 se comienza la producción regular de moneda. Será la fábrica de moneda más avanzada del país, a pesar de que la Casa de Moneda de Sevilla tenía mayor producción por su cercanía al puerto de entrada de los metales desde el Nuevo Mundo. Cada etapa de producción contaba con un espacio definido, dotado de maquinaria especializada concreta. El Real Ingenio de la Moneda tenía catorce ruedas hidráulicas, alimentadas por debajo. El edificio llamado “ingenio grande”, con diez ruedas, era donde se acuñaba moneda de cobre; contaba además con una fragua, para fabricar los rodillos para acuñar y otros utensilios, un torno, un mazo y un fuelle, movidos también por ruedas. El “ingenio chico”, el antiguo molino de papel, contaba con cuatro ruedas y allí se acuñaban las monedas de oro y plata, además de continuar con la fabricación de papel durante los cinco primeros años.

A partir de la mecanización de las cecas americanas a mediados del siglo XVIII la mayor parte de los metales se acuñaban allí en moneda, por lo que se enviaba menos metal para acuñar en la Península. Esto hace que se cierren definitivamente las casas de moneda de Toledo, Granada, Valladolid, Burgos, Cuenca y La Coruña , y se centralizan las acuñaciones de plata y oro en Madrid y Sevilla y las de cobre en Segovia. En 1772 se cambian los ingenios hidráulicos con cuños de rodillo por prensas de volante. En 1861 se inaugura una gran casa de moneda en Madrid, con maquinaria movida a vapor lo que provocará el cierre de las cecas de Segovia y Sevilla en 1868. En 1869 se desmontó toda la maquinaria de Segovia, llevando lo útil a la nueva fábrica de Madrid y vendiendo lo restante como chatarra. El edificio fue vendido en 1874, después de un largo proceso de subastas por falta de interesados, y se utilizó como molino de harina hasta 1967, lo cual favoreció la conservación del edificio si bien la nueva actividad borró todas las huellas de su función anterior. En 1976 es comprado por un especulador particular cuando se enteró que las administraciones públicas estaban negociando la compra del inmueble; este propietario no le dio ningún uso al edificio, iniciándose así su etapa de abandono.

 

Un largo camino

En la década de los ochenta, el Ayuntamiento de la ciudad intenta comprar el edificio en varias ocasiones, pero fracasan las negociaciones. Finalmente en 1989 se inicia un proceso de expropiación que afecta a todo el conjunto industrial. Durante las décadas de los setenta y ochenta encontramos distintos apoyos, tanto públicos como privados, a la idea de recuperar la Casa de la Moneda y convertirla en un museo, presentándose incluso algún proyecto, como el de Glenn Murray, historiador especialista en numismática, retomando la idea de 1955 de Rafael Durán, ingeniero técnico de la Casa de Moneda de Madrid (F.N.M.T.) de convertir el edificio en museo-taller numismático.

En la década de los noventa, mientras sigue abierto el expediente de expropiación, que no se cerrará hasta agosto de 2001, el proceso de deterioro del conjunto continúa sin que se pongan medidas para evitarlo. En 1992 un incendio provocado destruye parte del tejado del edificio de Juan de Herrera. En 1994, la Confederación Hidrográfica del Duero comienza la rehabilitación del azud y las compuertas de la Casa de la Moneda ; poco después se produce una grave inundación en los edificios y el patio bajo. Estas obras se concluyen en 1996. Mientras tanto el Ayuntamiento lleva a cabo un proyecto de conservación del monumento que incluye la instalación de una nueva puerta al recinto, el desbroce de vegetación y el apuntalamiento de elementos en peligro de caerse. Puntualmente se efectúan acciones de mantenimiento, como desbroce de la vegetación o la tala de algunos árboles que perjudicaban la cimentación del edificio y la integridad del canal. Se suceden distintas propuestas de conversión de la fábrica en universidad, hotel o escuela de hostelería, que son rechazadas.

En abril de 1998 se firma un protocolo de convenio para la financiación de las obras entre Ayuntamiento, Junta de Castilla y León y Ministerio de Fomento. En julio de 1998 el Ministerio saca a licitación el proyecto básico a la que se presentarán 26 equipos de arquitectos. Finalmente se adjudica el encargo a la empresa Gerencia y Proyectos, S.L., coordinada por el arquitecto Eduardo de la Torre Alejano.

 

El proyecto de rehabilitación

A lo largo de 2002 se realizan un conjunto de actuaciones de urgencia para consolidar las partes más ruinosas del edificio. Ese mismo año el Ministerio de Fomento encarga un estudio arqueológico (realizado por las arqueólogas Amparo Martín Espinosa y Sonia Fernández Esteban de la empresa Groma, Estudio de Arqueología y Patrimonio), otro geotécnico-patológico del subsuelo y la cimentación de los edificios (encargado a Geocisa) y otro hidrológico (por Inuse, S.L.), para estudiar los efectos de las crecidas de río sobre los edificios. Con la conclusión de estos estudios el equipo de arquitectos pone en marcha el Proyecto de Ejecución que es presentado en marzo de 2004. Para su licitación era necesario que el protocolo de 1998 se convirtiera en acuerdo, que será firmado finalmente el 5 de septiembre de 2005, por Ayuntamiento, Ministerio de Vivienda y Junta de Castilla y León.

El proyecto diseñado por Eduardo de la Torre pretende “devolver al conjunto de edificios el significado que la historia le asignó”. Contempla la consolidación y rehabilitación de los edificios y las comunicaciones existentes entre ellos, como la escalera del patio de Juan de Herrera. Para recobrar la fisonomía del Pabellón de Herrera, el “ingenio grande”, se eliminan tres estructuras añadidas al edificio en el siglo XX. Se dejan únicamente los muros exteriores originales, reconstruyendo las partes ya destruidas, recuperando el ritmo de los huecos originales; en el interior, una nueva distribución y contenidos, utilizando un lenguaje arquitectónico contemporáneo y técnicas constructivas modernas que permiten resolver todos los problemas funcionales de los nuevos usos del edificio.

El conjunto, con una superficie total de 5.180 metros cuadrados , se subdivide en cinco espacios: el principal será el Pabellón de Herrera, en el que se instalará el museo-taller. El pabellón situado junto al puente de El Parral, el “ingenio chico”, será la cafetería y restaurante, con una terraza exterior desde la que se podrán contemplar las ruedas hidráulicas. El edificio del cuerpo de guardia albergará el zaguán de entrada y las taquillas. El edificio de la fundición de cobre acogerá el programa cultural, con una sala de usos múltiples, seminarios, sala de conferencias, aulas, biblioteca, y despachos. Por último, el pabellón de las caballerizas se destinará a usos administrativos y residencia para investigadores. Además se regenerará el margen del río Eresma, recuperando el jardín barroco y la estructura hidráulica exterior del proyecto original.

El 14 de febrero de 2007 se pone la primera piedra de la obra de rehabilitación. El plazo de ejecución es de 25 meses. Se cuenta con un presupuesto de 6.089.868,90 € , de los cuales el Ministerio de Vivienda financiará 3.249.085,94 € , la Junta de Castilla y León 2.398.158,40 € y el Ayuntamiento de Segovia 442.624,56 € . Corresponderá al sector privado financiar el montaje y la gestión del futuro museo, a nivel institucional, a través de la Fundación Real Ingenio de la Moneda de Segovia, constituida en 2003, que cuenta con un Comité de Mecenazgo, y a nivel particular a través de la Asociación Amigos de la Casa de la Moneda de Segovia, fundada en 1993.

Las obras se adjudican a la U.T .E. Volconsa-Velasco. La dirección facultativa está formada por los arquitectos Eduardo de la Torre Alejano , Manuel Cuadrado Isasa, Luciano Moreno Feu y Ricardo Urech Aguilar, y los arquitectos técnicos José García-Loygorri García, Rodrigo Martín San Segundo, Manuel García-Loygorri Carles.

Los trabajos realizados durante estos primeros quince meses de intervención han sido fundamentalmente la eliminación de las estructuras añadidas en 1907, 1915 y 1951 al edificio herreriano durante su uso como fábrica de harinas, para recuperar su fisonomía original; consolidación de fábricas de cantería, especialmente en el pabellón herreriano, el más cercano al río, muy deteriorado tras el incendio de 1951 y por las inundaciones; reconstrucción de las cubiertas de pizarra (en la sala de fundición ha habido que apuntalar las bóvedas para evitar desprendimientos durante estos trabajos); restitución de la barandilla de piedra que delimita el patio alto del bajo; vaciado del interior de los edificios y construcción de nuevas estructuras interiores; trabajos de albañilería en el interior para adecuación a los nuevos usos.

Las obras han sufrido retrasos considerables motivados por las inundaciones sufridas en los edificios en la primavera y verano de 2007 por el mal estado del colector de San Marcos, río abajo, que está siendo reparado. Uno de los problemas endémicos del edificio es precisamente la humedad causada por la proximidad del edificio al cauce del río, proximidad por otro lado necesaria para mover las ruedas, y por filtraciones de agua desde un manantial cercano a la muralla de la ciudad. Para evitar esta situación se procede a la recuperación de los niveles originales del río, así como a la protección del sistema hidráulico por medio de contenciones y exclusas, y a prever, en caso de inundación, tanto la evacuación del edificio museo como la disposición de sus elementos constructivos para minimizar los daños. La recuperación del nivel histórico del río será también fundamental para que las ruedas funcionen como en el siglo XVI.

 

El proyecto director museográfico

Fue presentado en Segovia en febrero de 2004. Dirigido por el doctor en Historia Glenn Murray, con la colaboración del Comité Científico de la Fundación Real Ingenio de la Moneda de Segovia, parte de una importante base histórica documental (procedente del Archivo de Simancas, Archivo Histórico Nacional y Archivo de Palacio), que aporta diferente información sobre cómo era el edificio, los canales y las ruedas hidráulicas.

El edificio herreriano será el contenedor del museo-taller, situando las exposiciones estáticas en planta alta y las dinámicas, talleres, en la baja, con una pasarela en alto para que los visitantes observen el trabajo. Por necesidades prácticas y de seguridad se han reunido todas las actividades y procesos artesanales en un solo edificio.

Los talleres reproducirán los antiguos, con maquinaria idéntica a la original, que será construida en Hall, Austria. Para la exposición dinámica se necesitan una decena de ruedas hidráulicas para las maquinarias de acuñación, herrería, fundición y prensas de papel. Lo más complicado del proyecto ha sido el diseño de esta zona hidráulica. La recuperación de los canales será fundamental para volver a poner en marcha el proceso de producción. Los cuatro talleres se dividen en dos grupos, los metalúrgicos, taller de forja y acuñación, y los no metalúrgicos, papel y grabado, estampación y encuadernación. Se pretende devolver al edificio su función histórica, de una forma didáctica y educativa, además de crear una gama de productos que serán comercializados para financiar la propia actividad del museo taller. También servirá de centro de formación de artesanos. Se propone la fabricación artesanal de medallas con certificados de origen y garantía estampados en papel también hecho a mano, todo a la venta en la tienda del museo, al final del recorrido en planta baja, y en otros lugares.

 

Singularidad del conjunto

El 22 de octubre de 2004 la Asamblea General de TICCIH-España (Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial) reconoció “al Real Ingenio de de Segovia como el elemento de arquitectura industrial más antiguo que se conserva en España” con los datos que hasta la fecha se conocen. Esta propuesta de reconocimiento será llevada a las instituciones internacionales que procedan para que la Casa de la Moneda de Segovia sea considerada una de las muestras de arquitectura industrial mecanizada más antigua del mundo. El Real Ingenio fue uno de los primeros ejemplos de una verdadera planta industrial manufacturera, diseñada y construida específicamente como tal.

 

Para más información:

Fundación Real Ingenio de la Moneda de Segovia
Asociación Amigos de la Casa de la Moneda de Segovia
Proyecto EUROmint (Inventario de Casas de Moneda Europeas)

 

[Mónica Sarabia Martínez. OPHE]