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Introducción
En la región amazónica ecuatoriana, los grupos étnicos nativos han mantenido por siglos una relación armónica con sus ecosistemas, es decir, son poblaciones que han aprendido a vivir de una manera sustentable en un ecosistema natural. Lamentablemente, en la actualidad este modelo (relación armónica gente-ecosistema) ya no es el más importante; las corrientes migratorias de diversas zonas del país hacia la Amazonia se han incrementado gradualmente, debido a la actividad hidrocarburífera, la búsqueda de nuevos yacimientos auríferos, la presencia de empresas agroindustriales y madereras, y especialmente por la migración campesina en búsqueda de tierras para una producción agropecuaria que, debido a sus métodos, atenta contra el ecosistema. A pesar de lo anotado anteriormente, en los últimos años se ha generado una significativa corriente de interés, especialmente entre organizaciones no gubernamentales (las ONG) y organizaciones comunitarias de segundo grado que intentan recuperar y revalorizar los conocimientos nativos tradicionales, relativos al manejo de los recursos naturales -especialmente de flora y fauna-, a través de propuestas alternativas de manejo adecuadas para la supervivencia de estas comunidades. En el caso de los bosques tropicales nativos, en donde se encuentra una gran riqueza a nivel de biodiversidad faunística y florística, la tendencia actual consiste en enfocar los proyectos hacia el manejo racional de éstos, a través de proyectos que intentan potenciar sistemas productivos tradicionales y planes de manejo sostenibles, muchos de los cuales privilegian el aprovechamiento de los productos forestales no maderables (PFNM) sobre la explotación maderera. En los últimos años se han hecho esfuerzos por involucrar a la población local en los proyectos sociales y ambientales, con el objetivo, entre otros, de reducir la probabilidad de error en las intervenciones. Sin embargo, no es suficiente que los beneficiarios "participen" solamente en algunas fases de un proyecto; es necesario que los proyectos asuman que la comunidad tiene un desarrollo propio y que los proyectos deben inscribirse en el mismo, para apoyarlo y dinamizarlo. Es así que el concepto de participación comunitaria tiene una dimensión más amplia: la población participa en el proceso de desarrollo local como sujeto, mientras que el proyecto de desarrollo participa como actor secundario, pero manteniendo su especificidad y autonomía propia. Este trabajo
intenta
mostrar,
de manera sintética, la participación comunitaria del
pueblo
Achuar en el manejo de los recursos naturales presentes en su
territorio,
a partir de la asistencia técnica y financiera externa,
cristalizada
en proyectos que incluyen componentes ambientales y cuya principal
contraparte
ejecutora es la Federación Interprovincial de la Nacionalidad
Achuar
del Ecuador, FINAE. 1. Los Achuar y el uso de los recursos naturales 1.1 El territorio Achuar El área territorial que ocupa el pueblo Achuar del Ecuador es de unos 4.500 km2 y se encuentra entre los 77º O2' - 76º 42' W, y 2º 26' - 2º 32 S. Del noreste al sureste, el eje de este territorio lo forma el Río Pastaza. El límite meridional de la zona de ocupación achuar está marcado por el Río Conambo y la línea fronteriza que señala el límite con Perú. El pueblo Achuar está constituido por aproximadamente 4.841 individuos, que conforman 690 familias, con 2.472 hombres (51,06%) y 2.369 mujeres (48,94% ), que habitan en las provincias amazónicas de Pastaza y Morona Santiago. Los achuar se encuentran organizados en 56 centros, que conforman 8 asociaciones, adscritas a la FINAE (Federación Interprovincial de la Nacionalidad Achuar del Ecuador). En Pastaza se ubican las asociaciones: AAC, ACAP, Makusar, Amunti; y en Morona Santiago: Wichimi, Sapap-entsa, Wampuik, Pumpuentsa. La región habitada por los achuar se caracteriza por su amplia diversidad ecológica y está drenada por un inmenso sistema fluvial cuyo eje, el Río Pastaza, atraviesa el territorio de noroeste a sureste, desde su unión con el Copataza, hasta la confluencia con el Huasaga (Perú), 200 km más abajo. El territorio achuar presenta características correspondientes al bosque húmedo tropical y, con excepción de las depresiones inundadas, esta selva húmeda cubre casi ininterrumpidamente todo el territorio. Se diferencia de otras formaciones forestales, especialmente de los bosques de pie de monte, por la presencia de tres estratos arborescentes principales poblados de una intrincada red de bejucos y epífitas. La altitud varía entre los 200 y 600 m sobre el nivel del mar. La topografía es ondulada en la parte occidental del área, por influencia de las estribaciones de la cordillera oriental; hacia el este, en cambio, es más plana, debido a la presencia de la llanura aluvial del río Pastaza. Con temperaturas promedio de 20 a 25º C y precipitaciones anuales que fluctúan entre los 2.000 y 3.000 m, la zona tiene un clima constantemente húmedo, sin estaciones secas y con precipitaciones mensuales siempre superiores a 60 metros. Dentro de esta
región
se distinguen cinco grandes conjuntos geomorfológicos: la
región
de las mesas, la región de las colinas, la llanura de
esparcimiento
del Pastaza, las llanuras y terrazas aluviales recientes, parcialmente
pantanosas, y los valles no aluviales. Los suelos son
básicamente del tipo oxic dystropepts, que varían
un poco según el tipo de material volcánico, del cual han
evolucionado. En las areniscas volcánicas el suelo es un oxic
dystropepts arcillo-arenoso, compacto y de color café; sobre
las arcillas y conglomerados hay un suelo oxic dystropepts
compacto, pero de color rojizo. En todo caso, se trata de suelos
mediocres (pobres en calcio, potasio y con alta toxicidad
alumínica) y con una
fertilidad potencial mínima (1). 1.2 El uso de los recursos naturales Varios de los pueblos indígenas que habitan en la Amazonia, como los Achuar de Pastaza y Morona Santiago, subsisten mayormente como horticultores y dependen, en gran medida, de la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres. Diversas investigaciones realizadas han evidenciado el amplio conocimiento que tienen los grupos locales en relación a los recursos florísticos y faunísticos de su medio. Los Achuar constituyen uno de los pocos pueblos indios de la Amazonia ecuatoriana que aún conservan mucho de su cultura tradicional y sus sistemas productivos. Como pueblo de cultura de selva tropical húmeda, ha desarrollado a través de un largo proceso histórico un sistema social y cultural que enfatizó una relación armónica entre el ser humano y la naturaleza, al propugnar que se debía tomar de la selva únicamente lo necesario para satisfacer las necesidades individuales, familiares, y sociales. Esta particular cosmovisión y modus vivendi posibilitó, durante siglos, la conservación de la gran biodiversidad faunística y florística presente en su territorio. Las principales actividades de subsistencia de este pueblo son todavía la horticultura, la caza, pesca, recolección de frutos silvestres y la elaboración de artesanías (cerámica, cestería, tejido, arte plumario), factibles en un medio selvático tropical, proveedor de variedad de recursos animales y vegetales. La huerta tradicional (denominada aja , en el idioma nativo), en la que se cultivan hasta 62 especies de plantas, constituye un ejemplo de la inteligente manera en que los indígenas han sabido aprovechar la biodiversidad botánica amazónica para la obtención de productos alimenticios, medicinales, fibras y materiales para la elaboración de utensilios domésticos y artesanías. Las familias achuar extraen algunos recursos del bosque y los comercializan, básicamente en forma de productos artesanales. Entre estos podemos citar: kaap (Heteropsis oblongifolia), chipia (Protium fimbriatum), wiishic (?), mata (Astrocaryum chambira), chakap (Chrysophyllum venezuelanense), chonta (Bactris gasipaes). Además, existen productos del bosque con potencial económico conocido que no están siendo explotados, tales como el ishpingo (Ocotea quixos), kunkuk (Oenocarpus bataua), achu (Mauritia flexuosa), kinchiuk (Aphandra natalia), chaapi (Phytelephas tenuicaulis), chuchuhuasu (Maytenus sp.), urucnumi (Croton lecheri), sapunaek (Aristolochia sp.); y hay otros productos cuyo potencial económico se puede desarrollar, como el nosé-nosé (Sacha inchic), el mantasch (?), el yaun (Geononoma pauciflora) (2). Las necesidades
de
dinero
en la comunidad achuar son, en general, satisfechas a través de
la
ganadería. La ganadería es considerada como "dinero en
pie"
o como un "seguro" que les permite convertir este ganado en dinero,
cuando
lo necesitan. Aunque el área dedicada a esta actividad es
todavía
pequeña (menor al 1% del territorio (3)),
la actividad
es muy improductiva y deteriora los suelos. Lo mencionado obliga a
pensar
que se necesita encontrar otras actividades productivas rentables y
sustentables, más acordes con la realidad biofísica de la
región y
la cultura y perspectivas sociales del pueblo Achuar. 1.3 Principales amenazas Las principales amenazas potenciales que se ciernen sobre el territorio achuar, sus recursos naturales, y la cultura tradicional indígena son las siguientes: La octava ronda de negociación petrolera, convocada por el Estado ecuatoriano, y celebrada en 1996, asignó concesiones para exploración y explotación de hidrocarburos a dos compañías petroleras (ArcoOriente (4) y CGC) que abarcan territorio achuar. Esta situación presenta preocupaciones ambientales y antropológicas en la zona, ya que es conocido que las actividades petroleras ocasionan significativos impactos al ambiente y a los pueblos que habitan en su área de influencia (5). Ya existe una tendencia hacia la producción ganadera en la región, actividad que en general ocasiona disturbios al ambiente, por ser una actividad poco sostenible, especialmente debido a que los suelos de la Amazonia son muy pobres para sostener actividades productivas tradicionales. El caso Shuar (pueblo vecino de los achuar) es indicativo de este problema: grandes extensiones de bosque han sido taladas para dedicarlas a la ganadería, lo que ha ocasionado un deterioro sustancial de sus territorios, encontrándose que éstos ya prácticamente no están cubiertos de bosque tropical y los rendimientos de dichas tierras continúan decreciendo (6). El proceso de los centros o comunidades achuar, en los últimos años, se caracteriza por la progresiva y cada vez más intensa introducción de una lógica de producción y de un conjunto de necesidades que resultan incompatibles con la cosmovisión tradicional achuar y amenazan con desestructurar su cultura y forma de relacionarse con su medio ambiente. Hasta ahora el proceso de vinculación a la sociedad nacional se ha dado en función de parámetros ajenos a las necesidades de supervivencia de la forma de ser achuar. La presencia del Estado, a través de sistemas "occidentales" de educación y salud, la penetración de formas mercantiles de producción y la labor ideológica de los misioneros han sido los factores que más fuertemente han incidido en este proceso de transformación cultural. Actualmente el proceso de incorporación de los centros Achuar a los circuitos económicos regionales se produce en base a una débil e inequitativa articulación al mercado, debido al relativo aislamiento en que permanece la zona y a una desvalorización de sus estrategias de subsistencia y su reemplazo por alternativas productivas, que someten la economía doméstica achuar a los dictámenes del mercado. El desarrollo de actividades mercantiles típicas, como la ganadería por ejemplo, ha encontrado significativas limitaciones pues obedece a otra lógica y requiere de otras condiciones de producción. Si bien el escaso desarrollo de la comercialización ganadera ha permitido la preservación del bosque, la ganadería ha entrampado la economía doméstica achuar frente a una sola alternativa de generación de ingresos, y le ha impedido potenciar otras vías de capitalización, ligadas a la explotación sustentable de los recursos del bosque. Frente a esta
problemática,
ha emergido una propuesta renovadora impulsada por el movimiento
indígena
amazónico y respaldada en la campaña mundial en defensa
de
la biodiversidad y de los derechos de los pueblos originarios. Esta
propuesta
plantea la búsqueda de nuevas formas y contenidos para su
inevitable
proceso de vinculación a la economía de mercado, en la
perspectiva de definir una modalidad que reafirme las capacidades y
potencialidades desarrolladas
por los pueblos amazónicos en su tradicional relación con
la
naturaleza. 2. La
federación
Achuar y su papel en la conservación y manejo de los recursos
naturales
2.1 La Federación Achuar La Federación Interprovincial de la Nacionalidad Achuar del Ecuador (FINAE), constituye la primera y única representante del pueblo Achuar, que habita en las provincias amazónicas de Pastaza y Morona Santiago. La FINAE fue reconocida jurídicamente mediante Acuerdo N 5842 del Ministerio de Bienestar Social. En sus orígenes, la población achuar, constituida por 20 centros, formó parte la Federación Interprovincial de Centros Shuar y Achuar (FICSHA), y también de la Federación Independiente del Pueblo Shuar del Ecuador (FIPSE). Posteriormente, en 1993, se conformó una organización propia denominada Organización Interprovincial de la Nacionalidad Achuar del Ecuador (OINAE), la que alrededor de 1996 se transformó en la actual Federación (FINAE). Esta organización también forma parte de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonia Ecuatoriana (CONFENIAE). Como ya se mencionó, la FINAE está integrada por 8 asociaciones ubicadas en las provincias de Pastaza y Morona Santiago. El número de centros achuar que conforman las 8 asociaciones mencionadas es 56. Cada centro está representado por una directiva integrada por un síndico, vicesíndico, secretario, tesorero, y vocal. A nivel de centros y asociaciones, las decisiones que afectan a los intereses comunitarios, como por ejemplo las que tienen que ver con territorio y uso de recursos naturales, se toman por consenso y a través de asambleas. Estas asambleas, a nivel de centros, se realizan en algunos casos con periodicidad mensual y en otros cuando el caso lo merece. Desde hace
aproximadamente
7 años, los achuar iniciaron un proceso de revitalización
y
fortalecimiento étnico, estableciendo relaciones no sólo
al
interior del país sino también con sus hermanos ubicados
en
Perú. Al momento se viene gestando un proceso de
integración-participación entre las organizaciones achuar
de Ecuador y Perú, tendente a lograr reivindicaciones y
soluciones a problemas y necesidades sociales comunes. 2.3 Objetivos principales A pesar de ser relativamente joven, la FINAE es una organización indígena fortalecida, que representa los intereses sociales, económicos, políticos y culturales del pueblo achuar y a la vez impulsa el desarrollo de las comunidades asociadas de manera sustentable y con identidad. A partir del trabajo organizado, busca soluciones a los principales problemas y necesidades que desde hace mucho tiempo afronta este grupo étnico, y que tienen que ver con territorio y medio ambiente, producción y comercialización, educación y cultura, salud, y desarrollo organizativo. El papel de la FINAE tiene mucho que ver con la representación de los achuar en sus relaciones con los agentes externos, tales como Estado, instituciones, compañías petroleras, agencias de cooperación y ONG. El asedio sobre
el
territorio
nativo, especialmente por la presión que ejercen las
compañías
petroleras, ha conducido a que la FINAE se plantee la necesidad de
avanzar
en el planteamiento de estrategias y acciones para enfrentar la
presencia
de estos agentes externos que representan una importante amenaza para
su
medio ambiente y cultura. Una de las estrategias básicas
consiste
en avanzar en el proceso de consolidación organizativa y de
capacitación socio-política de su pueblo, mediante una
activa presencia de los dirigentes,
la búsqueda de apoyo institucional y financiero de agencias de
cooperación
y ONG, y la activa participación dentro del movimiento
indígena
regional y nacional. 2.4 Acciones implementadas para el desarrollo social y ambiental Con el apoyo de organismos no gubernamentales, la FINAE coordina proyectos de desarrollo comunitario que son ejecutados generalmente por grupos de interés de las comunidades y han tenido hasta el momento una buena acogida por parte de comuneros y comuneras, pues se identifican con sus necesidades y reivindicaciones. El interés comunitario en estos proyectos se evidencia particularmente en la participación en actividades comunitarias, imprescindibles para su ejecución, tales como eventos de autodiagnósticos comunitarios, asambleas de planificación, mingas, actividades de seguimiento y evaluación. Desde hace varios años, algunas ONG nacionales e internacionales, tales como las fundaciones Chankuap', Ibis-Dinamarca-, y Pachamama, se encuentran impulsando procesos que, en coordinación con la FINAE, y básicamente a través de proyectos socio-ambientales, se orientan al desarrollo del pueblo achuar en las áreas siguientes: territorio y medio ambiente, producción y comercialización, educación, salud, y fortalecimiento organizativo. Un caso particular de cogestión entre la empresa privada y una organización indígena lo constituye el Proyecto Ecoturístico Kapawi, llevado adelante por la empresa Canodros y los achuar, representados por la FINAE. A partir de un convenio que posibilita a Canodros el uso de territorio para fines turísticos, la federación percibe ingresos económicos mensuales por arrendamiento y los achuar pueden acceder a beneficios tales como capacitación y empleo en el Hotel-Reserva Ecológica Kapawi. La promoción cultural del pueblo achuar se cuenta también entre los beneficios de este proyecto, que deberá ser transferido a los indígenas en el año 2011. La Fundación Chankuap', auspiciada por el Fondo Ecuatoriano Canadiense de Desarrollo (FECD), ejecuta el Proyecto de Ecodesarrollo Achuar (PEA), a nivel de 7 asociaciones, con componentes de apoyo a la producción y comercialización de productos agrícolas tradicionales (maní, achiote), manejo adecuado del bosque, y comunicación. La Fundación Pachamama trabaja en las áreas de medio ambiente, educación, salud, transporte y comunicación, y fortalecimiento organizativo. Ibis-Dinamarca auspicia un proyecto denominado "Revalorización del sistema productivo tradicional achuar" (proyecto Arak), uno de cuyos objetivos es desarrollar nuevas estrategias de producción y comercialización de productos forestales no maderables del territorio achuar, como mecanismo generador de ingresos económicos y manejo sustentable del recurso bosque. En la primera fase de ejecución de este proyecto, al interior del componente Productos Forestales No Maderables (objetivo 3), se desarrollaron algunas actividades encaminadas al aprovechamiento de productos tales como ishpingo, uña de gato, y mantach. El proceso incluyó, básicamente, investigación de condiciones de producción en territorio achuar, una gira de observación con técnicos indígenas y sondeos de mercado que indican posibilidades para la producción, manejo y comercialización de PFNM, por parte de los centros de la ACAP. Sin embargo, aún se requiere desarrollar un proceso complementario que posibilite el establecimiento de un aprovechamiento sustentable de PFNM y su comercialización, como una alternativa válida de generación de ingresos para las familias achuar (7). Hay que anotar,
también,
la participación del Consejo de Desarrollo de las Nacionalidades
y
Pueblos del Ecuador (CODENPE), a través del Prodepine (Proyecto
de
Desarrollo de los Pueblos Indios y Negros del Ecuador), cuyo apoyo al
pueblo
achuar se manifiesta principalmente en la concesión de becas
para
estudios universitarios y la ejecución de microproyectos de
infraestructura
comunitaria: aulas escolares, equipos de radio, y sistemas de agua
potable
en varias comunidades. 3. La participación comunitaria Unido al concepto de manejo sustentable de recursos naturales está el concepto de planificación del desarrollo involucrando el pensamiento local indígena. El componente social se vislumbra en su papel de integración de las variables ambientales con el derecho de autogestión a nivel de la nacionalidad achuar. La planificación participativa comunitaria utilizada por las comunidades achuar en proyectos y acciones orientadas al manejo adecuado de los recursos naturales parte del supuesto que éste es: "un proceso compartido de decisiones sobre el futuro deseado, donde los fines y los medios son seleccionados y puestos en práctica, colectiva y democráticamente. Supone que un plan, como cualquier otra actividad pública, sólo es legítimo cuando es el producto de una negociación entre todos los interesados. El objetivo no es solamente ofrecer más productos o servicios sino promover la participación de todos en las decisiones que les afectan, crear condiciones para que cada comunidad tenga en sus manos el manejo de sus destino y estimular la capacidad de hombres y mujeres para construir una sociedad autogestionaria" (Gonzaga Motta, s/f: 47- 49).De acuerdo a Augusto Ángel, la metodología participativa "es válida si se inserta en la prospectiva de una sociedad alternativa que se plantee tanto la igualdad en las condiciones de vida, como en el manejo de los ecosistemas. No es de por sí una metodología útil exclusivamente para diagnosticar las situaciones, desplazando indefinidamente las posibilidades de acción y de organización política" (8). La participación del grupo meta durante todas las etapas -desde la formulación hasta la ejecución, seguimiento y evaluación del proceso- y la búsqueda de la consolidación de sus espacios autónomos de organización constituyen principios básicos en varios de los proyectos ejecutados por la FINAE. El carácter participativo de las propuestas se evidencia aún más con la consulta permanente a todos los centros involucrados en los proyectos, mediante los mecanismos e instancias organizativas propias de cada uno de ellos. Algunas conclusiones sobre la participación comunitaria en los procesos de conservación y manejo de los recursos naturales, a partir de programas y proyectos auspiciados por agencias de cooperación internacional y ONG, y que son aplicables al proceso que desarrolla el pueblo achuar, son las siguientes (9): La participación que da como resultado proyectos más sostenibles es aquella en la que la comunidad, desde los inicios del proyecto, participa en la planificación de los objetivos y actividades, en forma conjunta con los técnicos o investigadores. La comunidad debe estar preparada para administrar y liderar cierto tipo de proyectos en los que se requiere de tiempo para aprender las diferentes actividades de manejo. Cuando la participación es gradual, y las capacidades organizativas y de ejecución se van adquiriendo a medida que se asumen más responsabilidades, ésta se torna más sostenible. No se puede pretender trabajar con el 100% de la comunidad. Lo ideal es que los grupos que demuestren más interés y compromiso en el trabajo, en base a sus necesidades reales, sean los participantes en el proyecto. Los proyectos no deben trabajar solos ni aislados de las diversas instituciones involucradas en la región, ya que siempre existen instancias en las cuales se necesita alguna colaboración y asistencia puntual. La colaboración interinstitucional se puede dar a nivel técnico, logístico, político, de investigación, implementación e intercambio de información, entre otros aspectos. Los proyectos de
conservación
que trabajan en zonas donde existen poblaciones que detentan
importantes
conocimientos tradicionales y experiencias válidas de uso y
manejo
adecuado de recursos naturales deben tomar en consideración y
potenciar
en la práctica esos saberes y destrezas. Conclusiones El territorio achuar constituye una zona de gran valor ecológico para el Ecuador y el mundo, en donde se puede encontrar una inmensa biodiversidad faunística y florística que merece ser estudiada y preservada, especialmente para las futuras generaciones. Solamente a través de un proceso que parta de los sistemas productivos tradicionales nativos, de la revalorización de conocimientos y destrezas ancestrales y de la implementación de actividades sustentables de manejo de los recursos naturales, esta riqueza podrá mantenerse y continuar siendo la base para la supervivencia física y cultural del pueblo Achuar. Las principales amenazas para los recursos naturales y la cultura achuar lo constituyen la exploración y explotación hidrocarburífera, que podría desarrollarse en un futuro próximo en este territorio, el desarrollo de la ganadería y la cada vez mayor articulación de la sociedad achuar a un sistema de mercado con lógicas y sistemas diferentes e incompatibles con la cosmovisión tradicional indígena. El interés por la explotación de los recursos naturales, ubicados en el territorio achuar, ha hecho que la FINAE deba enfrentar el asedio de las compañías petroleras y aun de las operadoras de turismo. La presencia de estas empresas amenaza con desencadenar un proceso de desestructuración del pueblo achuar, por las secuelas económicas, ambientales, organizativas y socioculturales que acompañan a sus actividades, tal como se ha constatado en las zonas de explotación petrolera de la región amazónica. La reproducción social del pueblo achuar depende de preservar su autonomía e identidad en el proceso de desarrollo económico. Hasta el momento su vinculación al mercado ha dependido de actividades convencionales que no han podido potenciarse, especialmente por la situación de asilamiento de la zona. Se trata, entonces, de impulsar una oferta competitiva, mediante la comercialización de productos propios de las huertas y bosques achuar y ligados a su cultura. El apoyo técnico y económico que el pueblo achuar recibe de organismos internacionales, interesados en la conservación y manejo sustentable de sus recursos naturales y en su desarrollo social y organizativo, se evidencia especialmente en la ejecución de proyectos sociales y socio-ambientales que la FINAE ejecuta con las comunidades. La participación comunitaria en estos procesos es significativa y se evidencia en las actividades de diagnóstico, planificación, seguimiento y evaluación necesarias para su ejecución. Las nuevas metodologías de diagnóstico, planificación y evaluación participativa, implementadas actualmente, constituyen importantes puntales para lograr la efectiva apropiación y participación comunitaria de los objetivos y metas propuestas. A pesar de los
avances
que en los últimos años ha experimentado el proceso de
fortalecimiento
organizativo de la FINAE, las limitaciones que impone el difícil
y
costoso desplazamiento en un territorio selvático extenso no ha
posibilitado
aún canales de participación fuertes y constantes de
parte
de las bases. En este sentido, la escasez de recursos financieros no ha
permitido
todavía la consolidación de un proceso que sin duda
contribuirá
significativamente a la consecución de los principales y mayores
objetivos
y reivindicaciones sociales y ambientales del pueblo Achuar.
1. Proyecto Arak.Segunda fase: 5-6. 3. Censo efectuado por Arnaldo Rodríguez, en 1996, en Rafael Calderón et al.: 11. 4. Concesión que fue transferida por Arco a la compañía Burlington. 5. La actividad petrolera contempla una serie de actividades conexas (construcción de carreteras, accesos, uso de agua, campamentos, etc.) que de no manejarse adecuadamente pueden resultar en verdaderos desastres ecológicos. 6. Rafael Calderón et al., 1997: 2-3. 7. Henry Medina - FINAE: Proyecto Arak.-Segunda fase. 2001: 15. 8. Augusto Ángel: "Participación comunitaria y alternativas ambientales", en: Comunidades yconflictos socioambientales: experiencias y desafíos en América Latina. pág. 188. 9.
Ecociencia et al.: Manejo de recursos en el bosque
tropical: Lecciones
aprendidas. 1996: 11-21.
Arnalot, José Calderón, Rafael et al. Descola, Philippe Ecociencia et al. Fundación Ibis Dinamarca García Motta, Luis Ortiz, Pablo (compilador) PRODEPINE - FINAE Medina, Henry - FINAE |
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