El conocimiento de los mecanismos de acción de los tóxicos conlleva una serie de consecuencias prácticas, entre ellas:
- Desarrollo de antídotos específicos. Un ejemplo lo tenemos en el monóxido de carbono; si administramos oxígeno hiperbárico logramos romper la unión que tiene con la hemoglobina.
- Desarrollo de test bioquímicos de detección precoz.
- Contribución al conocimiento de la naturaleza y la importancia de ciertas rutas metabólicas (conocimientos básicos en ciencias biomédicas).
- Deducción razonada de la sintomatología y tratamiento a seguir.