Estas radiaciones son emitidas espontáneamente por ciertos materiales como el uranio. En 1986 Becquerel, estudiando fenómenos de fluorescencia, observó que las sales de uranio impresionaban las placas fotográficas próximas, aunque estas estuvieran envueltas para no exponerlas a la luz. A este hecho se le considera el descubrimiento de la radiactividad. Rutherford descubrió en 1899 que había dos tipos distintos de radiactividad, que fueron denominados alfa () y beta (). Posteriormente se encontró que los rayos alfa consisten en núcleos de helio. Los rayos beta pueden ser de dos tipos: , que consisten en electrones de mayor energía que los rayos catódicos, y , que son positrones (partículas con la misma masa que el electrón y carga opuesta).