Medio ambiente
La Unión Europea es la organización internacional que cuenta con el mayor número de leyes medioambientales del mundo, hasta unas 500 directivas a fecha de 2012 (Mickwitz 2012, Jordan y Adelle 2012). La Cima de París de 1972 supuso el comienzo de un programa de acción medioambiental para la entonces Comunidad Económica Europea (CEE), programa que comenzaría a implantarse en 1973 a manos de la todavía existente Dirección General para el Medio Ambiente o Environment DG (http://ec.europa.eu/dgs/environment/). Esta Dirección General pertenece a la Comisión Europea y su objetivo es "proteger, preservar y mejorar el medio ambiente para las presentes y futuras generaciones", asegurándose de que todos los estados miembros aplican la ley medioambiental europea a través de varios canales: quejas de ciudadanos y de ONGs, pudiendo tomar acciones legales en caso de infracciones probadas.
En esta línea, en 1994 empezó a trabajar a pleno rendimiento la Agencia Europea de Medio Ambiente o la AEMA (http://www.eea.europa.eu/), que es un organismo de la Unión cuya labor "ofrecer información sólida e independiente sobre el medio ambiente. Es la fuente principal de información para los responsables del desarrollo, la aprobación, la ejecución y la evaluación de las políticas medioambientales, y también para el gran público". Además, esta agencia coordina EIONET, el European Environment Information and Observation Network (http://www.eionet.europa.eu/), red encargada de diseminar la información medioambiental más actualizada en Europa para que los responsables europeos tomen las medidas necesarias basándose en datos fiables.
Así mismo, en este sentido, es importante otra de las Direcciones Generales de la Comisión Europea: la Dirección General para la Acción Climática o DG CLIMA (http://ec.europa.eu/clima/), establecida en 2010 para combatir el cambio climático antropogénico.
Además de la Comisión Europea, también son responsables de las políticas medioambientales tanto el Consejo de Ministros, especialmente el Consejo de Medio Ambiente, que reúne a los ministros responsables de esta área de cada país miembro (Rüdiger y Wurzel 2012), como el Parlamento Europeo, a través de procedimientos legislativos ordinarios (Lewis 2010).
Desde entonces, y sobre todo desde que se firmara el tratado de La Haya en 1986, es decir, el Acta Única Europea, el cual implicaría un espacio sin fronteras de libre circulación de mercancías, personas, servicios y capitales, se tiene conciencia de que las consecuencias de la polución no se detienen en las fronteras (McCormick 2001). Es por esto que la política medioambiental de la UE está íntimamente ligada a otras políticas internacionales y nacionales, hasta el punto de tener efectos notables sobre cada estado miembro, sobre todo en lo que respecta a la lluvia ácida, la reducción de la capa de ozono, la calidad del aire, la contaminación acústica, la gestión de residuos y la contaminación de los recursos hídricos.