Los premios Nobel fueron fundados por Alfred Nobel (Estocolmo 1833 - San Remo 1896), al redactar su testamento en 1895. Originariamente eran cinco (Física, Química, Fisiología y Medicina, Literatura, y Paz), entregados por primera vez en 1901; posteriormente, en 1968, el Banco Central de Suecia creó el de Ciencias Económicas en memoria de Nobel (siendo entregado por primera vez en 1969). Los premios de Física y Química son concedidos por la Academia Sueca de las Ciencias; el de Medicina y Fisiología, por el instituto Karolinska de Estocolmo; el de Literatura, por la Academia Sueca; el de la Paz, por una comisión de cinco miembros elegidos por el Storting noruego; y el de Economía por el Banco Central de Suecia. ¿Y que pasa con el galardón para las Matemáticas? Entre matemáticos, se dice que la esposa del honorable Alfred Nobel, le engañó con un matemático de la época, Mittag-Leffler. Según se dice, la venganza fue dejar escrito en su testamento que nunca se creara una asignación de premio Nobel de Matemáticas; pero esta historia es insostenible, entre otras cosas porque en dicho testamento no figura ninguna referencia a las Matemáticas, aunque esto sea un hecho de por sí un tanto extraño. Además, dicho engaño resulta imposible ya que Alfred Nobel nunca se caso, aunque si tuvo un desengaño amoroso con Bertha Kinsky, la única mujer que realmente le llego al corazón y que le abandono por el barón Arthur Von Suttner.
Lo que es cierto, es que en la fecha en que Nobel escribió su testamento, ya existía un importante premio para matemáticos, el Premio Escandinavo de Matemáticas, que concedía el Rey, y Nobel, buen súbdito, no quiso entrar en competición con su monarca. Por otro lado, también cabe pensar, que muchas otras ramas de la sabiduría humana tampoco fueron incluidas en los premios Nobel, lo que nos lleva a preguntarnos ¿por que las matemáticas tendrían que haber tenido su asignación?. Quizás a Alfred Nobel no le pareció oportuno crear ese galardón, y por ello los matemáticos como tal, nunca han obtenido un premio Nobel por su labor en el universo de las matemáticas, lo cual no quiere decir que ningún matemático haya sido galardonado con un premio Nobel, si bien en otra de las variedades existentes.
Más de una treintena de matemáticos han obtenido el Nobel, basándose en sus trabajos matemáticos, pero implicándolos finalmente en disciplinas como Economía, Física o Química. Entre ellos podemos nombrar a Schrödinger, Bohr y Lorentz. Otros lo han obtenido en una disciplina como la Literatura, como Bertrand Russell en 1950, o el español José Echegaray en 1904, que se convirtió así en el primer español que obtuvo un Nobel. Entre 1908 y 1910 se formo la Real Sociedad Matemática Española con el apoyo de Echegaray y del general Benítez. Rey Pastor fue principal impulsor.
Ahora bien, ya que los matemáticos nunca han optado a premio Nobel por su labor en su disciplina, al igual que el resto de pensadores que no optan a premio Nobel, crearon sus propios premios. Los más conocidos, son las Medallas Fields. Este premio siempre ha sido definido como el premio Nobel de Matemáticas, además de que entre ambos galardones hay ciertas coincidencias, tales como que los dos sirvan como reconocimiento a la labor científica de calidad excepcional a nivel internacional, o que ambos premios deben su existencia al legado de las personas que se les da nombre.
Las Medallas Fields deben su nombre a John Charles Fields, matemático canadiense nacido en Hamilton ( Ontario ) el 14 de Mayo de 1863. Se licenció en matemáticas en la Universidad de Toronto en 1884 y obtuvo el doctorado en la Universidad John Hopkins en 1887. Tras poco tiempo como profesor en el Allegheny College, viajó a Europa donde vivió cerca de diez años, y en donde se relacionó con matemáticos de la talla de Frobenius y Schwarz. En 1902 regresó a Toronto para impartir docencia como profesor en la Universidad de Toronto. Destacó por sus trabajos sobre funciones de variable compleja. Murió el 9 de agosto de 1932 en la ciudad de Toronto. Fields recibió importantes honores a lo largo de su vida. Fue elegido miembro de la Royal Society of Canada en 1907, y en 1913 de la Royal Society of London.
John Fields fue presidente del VII Congreso Internacional de Matemáticas (séptimo ICM) que en 1924 se llevó a cabo en Toronto. Al término de este congreso, el comité organizador vió que tenía un superávit, y Fields propuso dedicarlo para financiar un premio internacional de matemáticas (dos medallas otorgadas en reconocimiento a la labor matemática). A su muerte, en el testamento de Fields estaba escrito que se legara su herencia para financiar este premio, tal y como ocurrió con el dictado testamentario de Alfred Nobel. Con motivo de la tragedia que supuso a nivel internacional la Primera Guerra Mundial, existieron ciertas divisiones entre la comunidad matemática, hasta el punto que, a los matemáticos de los países perdedores no se les permitía formar parte de la International Mathematical Union creada en 1923 y por ello no pudieron asistir al Congreso de 1924 en Toronto, lo que dejó ver, que no todas las decisiones eran tomadas simplemente bajo criterios científicos. Por ello Fields sugirió que los premios deberían otorgarse a nivel internacional y sin vincular este premio a ningún país, persona o institución, y aunque se conozcan como Medallas Fields, su nombre es el de Medalla Internacional para Descubrimientos Sobresalientes en Matemáticas.
Otra propuesta de Fields fue que los galardonados fueran gente joven (no especificó edad), para animar futuros logros y como estímulo a ello, de ahí, la tradición de no premiar a mayores de cuarenta años en el momento de la concesión, regla no escrita, pero que nunca ha sido violada. En el ICM de Zurich en 1932, habiendo muerto Fields unos meses antes, se aceptó su legado, permitiendo así que se llevara a cabo su proyecto. Se nombró un comité de ocho miembros presidido por Costantin Caratheodory, en el ICM de 1936 en Oslo, que otorgó las dos primeras medallas Fields. El jurado, es designado entre dos congresos consecutivos por el comité ejecutivo de la Unión Internacional de Matemáticas, y su composición se mantiene en secreto hasta la concesión de las medallas. Desde 1936, y con periodicidad de cuatro años desde 1950 (durante la Segunda Guerra Mundial no se entregaron), se ha otorgado este premio a aquellas personas que han destacado en su área, reconociendo así su logro sobresaliente en Matemáticas. En 1966 se aumentó el número de medallas concedidas inicialmente, de dos, a cuatro premiados en cada congreso, debido a la gran expansión en la investigación matemática.
Los siguientes párrafos son extractos de la carta original que meses antes de su muerte redactó Fields. El texto no menciona por ningún lado la regla por la cual los premiados han de tener una edad menor de cuarenta años en el momento de la concesión del premio. Propongo crear dos medallas de oro que se otorgarán sucesivamente en cada Congreso Internacional de Matemáticas por méritos matemáticos. Debido a la multiplicidad de las ramas de matemáticas y teniendo en cuenta que los congresos se realizan cada cuatro años, se entregarán dos medallas. Los premios estarán abiertos al mundo entero y se concederán por un Jurado Internacional. Las monedas se acuñarán en la casa de la moneda de Ottawa y serán custodiadas hasta su entrega por el Comité Internacional. Sería deseable decidir, con tres meses de antelación, los premiados en el siguiente Congreso. El jurado comunicará su decisión al presidente y secretario del comité organizador del Congreso, y este comité, a su vez, debe comunicar al primer ministro de Canadá los nombres de los destinatarios, para que se puedan acuñar a tiempo las medallas y ser enviadas al presidente del Comité organizador. Con respecto a las medallas, puedo decir que deberían contener cada una por lo menos un valor de 200 dólares en oro y ésta debería ser de un tamaño de 7,5 centímetros de diámetro. Al ser de carácter internacional, el idioma empleado parece aconsejable que sea el latín o el griego. Las medallas deben tener un carácter completamente internacional e impersonal si fuera posible. No se deben vincular al nombre de ningún país, institución o persona.