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EVALUACIÓN

De la diversidad de titulaciones que se imparten en la UGR, es fácil deducir la variedad de métodos de evaluación que se llevan a cabo, aunque básicamente se pueden resumir en dos tipos "extremos" (basados en evaluación por el responsable de tutorización o por una comisión evaluadora), entre los cuales se desarrollan diferentes tipos "intermedios".

La evaluación básicamente arranca por un informe del responsable de tutorización que, junto con la comisión evaluadora, emiten la calificación final del estudiante. En este sentido se han detectado casos desde los que la calificación del responsable de tutorización influye poco (en torno al 10%) o nada (su informe es solo orientativo y no vinculante) hasta casos en los que no hay comisión de evaluación y, por tanto, la calificación la hace exclusivamente el responsable de tutorización. Lo más habitual ha resultado ser que el responsable de tutorización califica a los estudiantes hasta una cierta calificación (generalmente, en torno a un 7) y que, aquellos estudiantes que opten a una calificación superior o que consideren ser merecedores de una calificación superior, pasen a una evaluación mediante una comisión evaluadora. A esta comisión se le reserva la potestad de aumentar o de disminuir la calificación que finalmente corresponda al estudiante.

Una variante observada en algunos Centros es que, aunque el estudiante no solicite ser evaluado por comisión, esta puede determinar que un número de estudiantes seleccionados al azar (por ejemplo, uno de cada diez) tengan que hacer su evaluación ante la comisión correspondiente.

En cuanto a las exposiciones de los trabajos, en general se hacen según el modelo clásico de exposición oral, aunque cada vez es más frecuente la exposición mediante póster -generalmente acompañada de una defensa oral del mismo-. En ambos casos existe la intervención de la comisión evaluadora para hacer las preguntas que estime oportunas.

En lo referente a los criterios de evaluación, en la mayoría de los casos se ha detectado el uso de rúbricas, tanto para la valoración del responsable de tutorización, como para la valoración de la comisión evaluadora, lo que facilita una homogeneidad de criterios entre comisiones evaluadoras de un mismo título. Una mala práctica detectada en este sentido es la existencia en algún título de diferentes rúbricas (por ejemplo, la existencia de rúbricas distintas en función de los departamentos que imparten docencia en el título) o incluso, la ausencia de estas.