3 Consenso científico, escepticismo y negacionismo del cambio climático

3.1 Escepticismo: posición filosófica vs duda acerca del consenso sobre el cambio climático

El escepticismo se presenta en grados. Puede negar la existencia (o dudar de la posibilidad) del conocimiento en general o de un tipo de conocimiento en particular. Como posición filosófica, sirve de base para cuestionar los fundamentos, los límites y las implicaciones del conocimiento; en tanto que actitud epistémica y con finalidad metodológica, exige evidencia y justificación para aceptar una afirmación como verdadera.

El escepticismo filosófico tiene una larga tradición en la historia del pensamiento, desde la antigüedad hasta la actualidad, y se ha manifestado en diversas formas y grados, desde el escepticismo radical —que niega toda posibilidad de conocimiento—, hasta el escepticismo moderado, que admite un conocimiento probable o relativo.

El escepticismo ante el consenso sobre el cambio climático es una forma de negacionismo o de pseudoescepticismo, que rechaza o minimiza la evidencia científica que respalda la existencia, la gravedad y la responsabilidad humana del calentamiento global y sus consecuencias. El escepticismo ante el consenso sobre el cambio climático no se basa en argumentos racionales o empíricos, sino en intereses políticos, económicos o ideológicos, que buscan desacreditar o deslegitimar a la comunidad científica y a las instituciones que alertan sobre el problema ambiental.

El escepticismo ante el consenso sobre el cambio climático no es una postura filosófica, sino una estrategia de desinformación y manipulación.
M. Boykoff (2015). “Consenso y oposición al cambio climático”. Mètode, 21/05/2015.

3.1.1 Pseudoescepticismo y duda irracional

El escepticismo como posición filosófica y el escepticismo ante el consenso sobre el cambio climático son dos fenómenos distintos y opuestos, que no deben confundirse ni equipararse. El primero es un ejercicio legítimo y necesario de la razón crítica, que busca profundizar y mejorar el conocimiento; el segundo es un abuso ilegítimo e innecesario de la duda irracional, que busca obstaculizar y deteriorar el conocimiento. El primero respeta y dialoga con la comunidad científica; el segundo desprecia y confronta con la comunidad científica. El primero contribuye al bienestar y al progreso de la sociedad; el segundo amenaza el bienestar y el progreso de la sociedad.1, 2

El pseudoescepticismo va asociado a dinámicas de irracionalidad y conflicto social que minan aspectos esenciales de la vida democrática. En un contexto de crisis climática y sucesión de fenómenos extremos con efectos devastadores sobre poblaciones de todo el planeta, resulta crucial que el proceso de información y participación pública orientado a la toma de decisiones se ajuste a la evidencia disponible en las estimaciones de impacto e indicadores de riesgo.

Para contrarrestar el pseudoescepticismo (o negacionismo) acerca del consenso sobre el cambio climático, se requiere:

  1. Informar y educar a la ciudadanía sobre el cambio climático, sus causas, sus efectos y sus soluciones, mediante fuentes fiables y accesibles.
  2. Fomentar y apoyar a la comunidad científica en su labor de investigación, comunicación y asesoramiento sobre el cambio climático, mediante recursos adecuados y reconocimiento social.
  3. Promover y participar en acciones individuales y colectivas para mitigar y adaptarse al cambio climático, mediante hábitos sostenibles y compromisos políticos.
  4. Denunciar y combatir las fuentes y los actores que difunden o alientan el escepticismo ante el consenso sobre el cambio climático, mediante argumentos sólidos y evidencias contundentes.

El escepticismo filosófico contemporáneo tiene poco que ver con la versión clásica pirroniana, según la cual lo apropiado dada la imposibilidad de certezas consiste en mantener una suspensión del juicio ante cualquier proposición. Dado que la vida individual y social requiere acciones afirmativas y elección de cursos de acción acordes al mejor saber práctico y teórico disponible, el escepticismo contemporáneo tiene un carácter instrumental o metodológico. En lugar de paralizar o bloquear mediante bucles de objeciones interminables, favorece el diálogo y el escrutinio constante de las afirmaciones de verdad, impidiendo la complacencia y la aceptación acrítica de cualquier punto de vista con pretensión de conocimiento a menos que se ajuste a criterios rigurosos de evidencia y calidad metodológica. Es la posición metodológica por defecto en casi todas las ciencias empíricas, y ha sido esencial para desarrollar metodologías científicas de carácter experimental, orientadas a lograr resultados reproducibles por distintos equipos y laboratorios (es decir, a generar nuevo conocimiento en positivo), y no solo a rechazar o cuestionar de forma interminable cada detalle de una nueva hipótesis o teoría.3

Acerca del conflicto entre sociología y filosofía de la ciencia

The Fate of Knowledge es un texto de filosofía de la ciencia que busca superar el estancamiento entre filósofos de la ciencia y sociólogos de la ciencia, motivado por el desacuerdo sobre el papel de las fuerzas sociales en la construcción del conocimiento científico.
Su autora, Helen Longino, critica la asunción común de que las fuerzas sociales son una fuente de sesgo e irracionalidad, y argumenta que la interacción social en realidad nos ayuda a obtener un conocimiento firme y racionalmente basado.
Para ello, desarrolla una cuenta novedosa y duradera del conocimiento científico que integra lo social y lo cognitivo, y que es sensible tanto a los usos normativos del término conocimiento como a las condiciones sociales en que se produce el conocimiento científico.
Longino también explora las implicaciones de su enfoque social para el pluralismo científico, y concluye que el enfoque social nos permite retener un concepto significativo de conocimiento frente a la pluralidad y la incertidumbre teóricas.

Reseñas:
1. Philip Kitcher, en The Journal of Philosophy, elogia el libro por su claridad, rigor y originalidad, y por ofrecer una visión más matizada y realista de la ciencia que la que se encuentra en muchos trabajos filosóficos.
Kitcher también señala algunas dificultades y preguntas que plantea el libro, especialmente en relación con la evaluación de las prácticas sociales y la definición de los límites del conocimiento.
2. Miriam Solomon, en Philosophy of Science, destaca el valor del libro por su contribución al debate sobre el estatus epistémico de la sociología de la ciencia, su defensa del pluralismo científico y su propuesta de una epistemología social crítica. Solomon también sugiere algunas posibles objeciones y extensiones al libro, como la cuestión de cómo se relacionan las normas sociales con las normas cognitivas, o la aplicación del enfoque social a otras áreas del conocimiento.
3. James R. Brown, en The British Journal for the Philosophy of Science, reconoce el mérito del libro por su análisis detallado y perspicaz de las diversas corrientes filosóficas y sociológicas sobre el conocimiento científico, y por su intento de reconciliarlas con una visión social constructiva. Brown expresa algunas críticas y reservas al libro, como la falta de atención a los aspectos materiales y tecnológicos de la ciencia, o la dificultad de establecer criterios universales para juzgar la racionalidad del conocimiento.

Longino, Helen E. 2018. The fate of knowledge. Princeton, NJ, Estados Unidos de América: Princeton University Press. https://doi.org/10.2307/j.ctv2tvzv0.

Notas del aptdo.
1. Coady, D., & Corry, R. (2013). *The climate change debate: An epistemic and ethical enquiry*. Basingstoke: Palgrave Macmillan. Cap. 2. 
2. Popkin, R. H. (1979, trad. 1983). *Historia del escepticismo. De Erasmo a Spinoza*. Fondo de Cultura Económica. Trad. de J. J. Utrilla. 
2. Longino, Helen E. (2018). *The fate of knowledge*. Princeton, NJ, Estados Unidos de América: Princeton University Press. https://doi.org/10.2307/j.ctv2tvzv0. 

3.1.2 Escepticismo ante el cambio climático

Referido a la evidencia disponible sobre el impacto de la acción humana como factor acelerador del cambio climático, el escepticismo ha sido utilizado para cuestionar el consenso científico al respecto. Este tipo de escepticismo resulta inconsistente en tanto que posición epistémica, puesto que se trata de una estrategia retórica y de propaganda bien ensayada en debates como el efecto del tabaco en la salud humana y, por lo general, financiada por actores cuyos intereses económicos y políticos se benefician de la inacción y el retraso en los cambios reguladores. Su objetivo es sembrar dudas sobre las conclusiones de la comunidad científica y, de este modo, retrasar o impedir la toma de decisiones políticas necesarias para combatir el cambio climático con medidas verdaderamente disuasorias de actividades generadoras de gases de efecto invernadero.3

Pensamiento crítico y revisión especializada para filtrar la nueva evidencia en cualquier campo disciplinar constituyen aspectos ineludibles de una actitud epistémica responsable, dentro o fuera del contexto académico o investigador. El escepticismo constructivo contribuye al avance del conocimiento, mientras que su correlato pseudoescéptico resulta destructivo porque persigue socavar el consenso científico en beneficio de intereses ajenos al avance del conocimiento y al bienestar de la sociedad.

La evolución de los criterios de calidad metodológica en las ciencias físico-naturales y en las ciencias sociales es un proceso dinámico y abierto a mejoras conceptuales y técnicas, en función de nuevos protocolos, evidencia y resultados interdisciplinares. En sentido estricto, se trata de un modo de escepticismo organizado con doble finalidad: ampliar el conocimiento disponible con nueva evidencia capaz de superar criterios rigurosos (verificable, reproducible, autocorregible) y servir de filtro a planteamientos de dudosa consistencia, incompatibles con la evidencia y el conocimiento disponible.

Pero la actitud escéptica puede ser instrumentalizada para degenar en mero negativismo, ajeno o contrario al consenso del colectivo experto. Su base es más ideológica que epistémica, y sirve de pretexto para legitimar esquemas de ignorancia organizada y desinformación. El uso indebido de ciertas herramientas epistémicas puede llevar a la desinformación y a la parálisis en la toma de decisiones sobre asuntos tan acuciantes como el cambio climático.4

Negativismo y sociología interpretativa

El antipositivismo es una reacción al positivismo.
Se critica la incapacidad que posee el método de las ciencias físico-naturales para conocer los objetos de estudio de las ciencias sociales (la sociedad, lo humano, la cultura) ya que poseen propiedades como la intencionalidad, la autorreflexividad y la creación de significado, que son dejados de lado por la epistemología positivista.
También se critica la búsqueda de leyes generales y universales, pues deja de lado los elementos que no pueden ser generalizados; defiende el conocimiento de conocimientos más precisos, pero menos generalizables; y plantea la necesidad de conocer las causas internas de los fenómenos, en vez de la explicación externa de estos, en busca de la comprensión en lugar de explicación.
El antipositivismo se relaciona con diversos debates históricos en la filosofía y la sociología de la ciencia. En la práctica moderna, sin embargo, el antipositivismo se podría equiparar con métodos de investigación cualitativos, mientras que la investigación positivista es más cuantitativa.
Los positivistas suelen utilizar experimentos y encuestas estadísticas como métodos de investigación, mientras que antipositivistas utilizan métodos de investigación que se basan más en las entrevistas no estructuradas o la observación participante.
En la actualidad, se combinan a menudo métodos positivistas y no positivistas.
Durante el siglo XIX, a partir de los estudios de Bertrand Russell y otros, el filósofo Ludwig Wittgenstein elabora el texto Tractatus Logico-Philosophicus, que sirve de inspiración para el surgimiento del Círculo de Viena, grupo de intelectuales que tuvo como objetivo el alejar definitivamente a la ciencia de la metafísica, a partir del desarrollo de la lógica de Russell.
Esta propuesta plantea un método basado en la experimentación, observación y recolección objetiva de datos a fin de buscar explicaciones a las causas que originan los fenómenos.
1. Epistemological Negativism and Scientific Knowledge .
2. Negative Epistemic Exemplars.

Notas del aptdo.
3. Véase Oreskes, N., & Conway, E. M. (2010). Merchants of Doubt: How a Handful of Scientists Obscured the Truth on Issues from Tobacco Smoke to Global Warming. Bloomsbury Publishing.  
También Hoggan, J. y R. Littlemore, R. (2009). Climate cover-up: The crusade to deny global warming. Greystone Books. 
4. Véase, al respecto, el concepto "antipositivismo" (negativismo, sociología interpretativa, interpretativismo), según el cual quienes investigan deben necesariamente rechazar el empirismo y el método científico en el desarrollo de teorías sociales e investigación. https://es.wikipedia.org/wiki/Positivismo#Reacci%C3%B3n  

3.2 La credibilidad de los expertos en el debate sobre el cambio climático

El cambio climático es un hecho científico, respaldado por una amplia y sólida evidencia empírica y teórica, que ha sido recopilada, analizada y comunicada por miles de expertos de todo el mundo. Las personas expertas en cambio climático son los científicos (sus instituciones y asociaciones incluidas) que se dedican al estudio del clima y sus variaciones, desde diferentes disciplinas como la meteorología, la oceanografía, la geología, la biología, la física o la química. Los expertos en cambio climático publican sus hallazgos en revistas científicas especializadas, revisadas por otros colegas expertos del mismo campo (o afines) antes de su aceptación. El colectivo de expertos en cambio climático participa y se expresa a través de comités internacionales como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que elabora informes periódicos sobre el estado del conocimiento científico sobre el cambio climático.

La credibilidad de los expertos en cambio climático se basa en su formación académica, su experiencia profesional, su rigor metodológico y su honestidad intelectual. Las personas expertas en cambio climático no son infalibles ni omniscientes: están sujetas a las limitaciones e incertidumbres propias del conocimiento científico. Sin embargo, los expertos en cambio climático son los más cualificados y los más informados para ofrecer una visión objetiva, actualizada y comprensible del cambio climático y sus implicaciones. Los expertos en cambio climático tienen que desvelar sus intereses y agendas políticas, si pueden distorsionar o sesgar las conclusiones de sus trabajos. Está justificado suponer que se guían por el principio de responsabilidad social y ética de la ciencia.

La principal amenaza para la credibilidad de los expertos en cambio climático procede del negacionismo de algunos actores ligados a sectores sociales o políticos con agendas liberales ultraconservadoras, que cuestionan o rechazan el consenso científico sobre el cambio climático no a partir de argumentos racionales o empíricos, sino en función de intereses económicos, ideológicos o emocionales, llegando incluso a financiar estrategias para desacreditar o deslegitimar a expertos destacados en cambio climático y a las instituciones que alertan sobre la gravedad del escenario de emergencia climática.

El escepticismo o el negacionismo sobre el cambio climático no es una postura científica, sino una estrategia de desinformación y manipulación.

Es importante que la ciudadanía tome conciencia de la importancia de defender y reforzar la credibilidad de las personas e instituciones que aportan conocimiento especializado, riguroso e indpendiente, sobre la problemática científica y el impacto social del cambio climático. Acciones en esa dirección incluyen:

  1. Informar y educar a la ciudadanía sobre el cambio climático y sobre el papel y el valor de los expertos en cambio climático, mediante fuentes fiables y accesibles.
  2. Apoyar y proteger a los expertos en cambio climático en su labor de investigación, comunicación y asesoramiento sobre el cambio climático, mediante recursos adecuados y reconocimiento social.
  3. Promover y participar en el diálogo y el debate racionales y democráticos sobre el cambio climático, buscando el consenso o el acuerdo entre los actores sociales y políticos implicados.
  4. Denunciar y combatir las fuentes y los actores que difunden o alientan el escepticismo o el negacionismo sobre el cambio climático, mediante argumentos sólidos y evidencias contundentes.5, 6

El cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad en el siglo XXI, con graves consecuencias para el medio ambiente, la economía, la salud y la seguridad. Sus causas y factores físicos que agravan las consecuencias e impacto se conocen razonablemente bien.

El cambio climático se debe al aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, principalmente por la quema de combustibles fósiles, la deforestación y la agricultura. El cambio climático provoca un aumento de la temperatura media global, el deshielo de los polos y los glaciares, la subida del nivel del mar, la alteración de los patrones de precipitación, la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos y la pérdida de biodiversidad.

United Nations, “Cambio climático | Desafíos globales ”.

Notas del aptdo.
5. Parra, S. (2022). El 99,9 % de los estudios científicos lo confirma: el cambio climático está causado por el ser humano. National geographic, 2 de noviembre de 2022. https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/999-estudios-cientificos-confirma-cambio-climatico-esta-causado-por-ser-humano_18994  
6. Hmielowski, J. D. et al. (2014). An attack on science? Media use, trust in scientists, and perceptions of global warming. Public Understanding of Science, 23(7), 866-883. https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0963662513480091

3.3 La coordinación entre las ciencias e instituciones que estudian el clima

El estudio del clima es una compleja y multidisciplinar, que involucra a decenas de miles de investigadores de todo el planeta y requiere de la colaboración y la coordinación entre diferentes especialistas, profesionales y las instituciones a la que pertenecen, y que financian sus trabajos e recursos de investigación. Algunas ciencias con protagonismo indiscutible en este dominio de conocimiento interdisciplinar son:

  • La climatología: es la ciencia que se ocupa de describir, clasificar y explicar los climas del mundo, sus variaciones y sus tendencias. La climatología utiliza datos meteorológicos obtenidos por estaciones de observación, satélites y otros instrumentos, que analiza mediante técnicas estadísticas y matemáticas.
  • La meteorología: es la ciencia que se ocupa de estudiar y predecir el tiempo atmosférico, es decir, el estado de la atmósfera en un lugar y un momento determinados. La meteorología utiliza modelos matemáticos y físicos que simulan el comportamiento de la atmósfera, basados en las leyes de la termodinámica, la hidrodinámica y la radiación.
  • La paleoclimatología: es la ciencia que se ocupa de reconstruir e interpretar los climas del pasado, desde el origen de la Tierra hasta el presente. La paleoclimatología utiliza fuentes indirectas como los fósiles, los sedimentos, los anillos de los árboles, los núcleos de hielo o los corales, que registran las variaciones climáticas a lo largo del tiempo.
  • La bioclimatología: es la ciencia que se ocupa de estudiar las relaciones entre el clima y los seres vivos, tanto animales como vegetales. Analiza cómo el clima influye en la distribución, la adaptación, el comportamiento y la salud de los organismos, así como cómo estos modifican el clima mediante sus procesos metabólicos y ecológicos.
  • La geoclimatología: es la ciencia que se ocupa de estudiar las relaciones entre el clima y los procesos geológicos, tanto internos como externos. Analiza cómo el clima influye en la formación y la evolución del relieve, los suelos, los recursos hídricos y minerales, así como cómo estos afectan al clima mediante su albedo, su rugosidad o su composición.

El clima es el conjunto de condiciones atmosféricas que caracterizan una zona o una región a lo largo del tiempo. El clima depende de factores como la radiación solar, la circulación atmosférica, la distribución de los continentes y los océanos, la orografía, la vegetación y la actividad humana. El clima influye en el medio ambiente, la economía, la salud y la cultura de los seres vivos que habitan el planeta.

  1. Tiempo y clima
  2. Clima
  3. Elementos del clima y factores modificadores.
  4. Climas terrestres

Con múltiples disciplinas y profesiones involucradas, es necesaria la coordinación institucionalizada en el estudio del clima para avanzar en la comprensión de los problemas y lograr herramientas explicativas y modelos predictivos más potentes y precisos. La institucionalización de la tarea investigadora tiene varias ventajas y desafíos, que se pueden agrupar en tres dimensiones:

  1. La dimensión epistémica: se refiere al grado y al tipo de conocimiento que se produce y se comparte entre las ciencias del clima. Las ventajas consisten en ampliar y enriquecer el conocimiento sobre el clima desde diferentes perspectivas y escalas; integrar y contrastar el conocimiento proveniente de distintas fuentes y métodos; generar conocimiento interdisciplinar e innovador sobre el clima. Los desafíos que se plantean en esta dimensión son: armonizar y compatibilizar los conceptos, las teorías y las hipótesis de las distintas ciencias del clima; evaluar y validar el conocimiento producido por las distintas ciencias del clima; comunicar y difundir el conocimiento entre las distintas ciencias del clima.

  2. La dimensión social: se refiere al modo y al grado de participación e interacción que se da entre los científicos que estudian el clima. Sus ventajas asociadas son fomentar la cooperación y la colaboración entre los científicos del clima; aprovechar las sinergias y complementariedades entre los científicos del clima; crear redes y comunidades de práctica entre los científicos del clima. Los desafíos que se plantean en esta dimensión son: superar las barreras y los conflictos entre los científicos del clima; garantizar la autonomía y la integridad de los científicos del clima; promover la responsabilidad social y ética de los científicos del clima.

  3. La dimensión política se refiere a la relación e influencia que tiene la institución social de las ciencias del clima con otros actores sociales o políticos. Sus ventajas son: obtener y gestionar los recursos y el apoyo necesarios para el desarrollo de las ciencias del clima; defender y proteger los derechos e intereses de la institución social de las ciencias del clima; contribuir al bienestar y al progreso de la sociedad con el conocimiento sobre el clima. Los desafíos que se plantean en esta dimensión son: responder a las demandas o expectativas sociales sobre el conocimiento sobre el clima; dialogar y negociar con otros actores sociales o políticos sobre el conocimiento sobre el clima; denunciar y combatir las amenazas o ataques a la institución social de las ciencias del clima.

Estos esquemas de colaboración institucional y coordinación entre las ciencias que estudian el clima admiten un amplio margen de mejora. Entre otros aspectos relevantes cabe destacar:

  1. Promover el acceso libre y gratuito al conocimiento sobre el clima, tanto a sus fuentes como a sus resultados, mediante el uso de plataformas digitales y licencias abiertas.
  2. Fomentar la participación activa y diversa de otros actores sociales en el proceso de producción, evaluación, comunicación y aplicación del conocimiento sobre el clima, mediante el uso de metodologías colaborativas e inclusivas.
  3. Establecer mecanismos transparentes y eficaces para el control de calidad, la rendición de cuentas y la resolución de conflictos en el ámbito de las ciencias del clima, mediante el uso de criterios objetivos e imparciales.
  4. Buscar el beneficio social y ambiental del conocimiento sobre el clima, atendiendo a las necesidades, los problemas y las oportunidades que existen en la sociedad, mediante el uso de criterios éticos y sostenibles.

A las disciplinas tradicionalmente involucradas en el estudio del clima se han sumado recientemente la sociología, la economía, la política y la psicología, cuyas aportaciones resultan cruciales para comprender y abordar las implicaciones sociales, económicas, jurídicas, políticas y culturales de los cambios en el clima inducidos por la acción humana.

El componente de investigación resultante de las ciencias físicas (meteorología, climatología) dista de ser social y económicamente neutro cuando se comprende la gravedad de los forzamientos en el sistema Tierra inducidos por la actividad humana. Sus efectos tangibles no son ajenos a las percepciones y respuestas humanas a estos cambios, lo que incrementa el valor de las ciencias sociales aplicadas a la problemática.

Las normas, acuerdos internacionales y reglas desarrollados para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático y la distribución desigual de impactos van muy ligadas en su desarrollo al curso del debate público y las políticas sobre cambio climático y responsabilidad ambiental que la ciudadanía mejor informada demanda. El conocimiento especializado sobre el clima y su impacto constituye un pilar básico de la toma de decisiones razonables en las sociedades democráticas.

Referencias del aptdo.
1. Adger, W. N., et al. (2013). Cultural dimensions of climate change impacts and adaptation. Nature Climate Change, 3(2), 112-117.
2. Dessler, A. E., & Parson, E. A. (2019). The science and politics of global climate change: A guide to the debate. Cambridge University Press.
3. Eakin, H., & Luers, A. L. (2006). Assessing the vulnerability of social-environmental systems. Annual Review of Environment and Resources, 31.
4. Edwards, P. N. (2010). A vast machine: Computer models, climate data, and the politics of global warming. Cambridge: MIT Press.
5. Granados Mateo, J. L. (2019). Ciencia posnormal, o cómo se estudia el clima en tiempos de incertidumbre. The Conversation España. Recuperado de https://theconversation.com/ciencia-posnormal-o-como-se-estudia-el-clima-en-tiempos-de-incertidumbre-127881
6. Hulme, M. (2009). Why we disagree about climate change: Understanding controversy, inaction and opportunity. Cambridge: Cambridge University Press.
7. Hulme, M. (2011). Meet the humanities. Nature Climate Change, 1(4), 177-179.
8. Jasanoff, S. (2010). A new climate for society. Theory, Culture & Society, 27(2-3), 233-253.  

3.4 El problema de la falsación en dominios interdisciplinares complejos

La falsación fue el criterio propuesto por Karl Popper para distinguir entre las teorías científicas y las no científicas. Según Popper, una teoría es científica si es falsable, es decir, si se puede someter a una prueba empírica que pueda refutarla o contradecirla. Si una teoría no es falsable, entonces no es científica, sino metafísica o ideológica. La falsación implica que las teorías científicas son provisionales y están sujetas a la revisión o el rechazo en función de los datos observados.6

Con ayuda de otros enunciados anteriormente aceptados se deducen de la teoría a contrastar ciertos enunciados singulares —-que podremos denominar «predicciones»—; en especial, predicciones que sean fácilmente contrastables o aplicables. Se eligen entre estos enunciados los que no sean deductibles de la teoría vigente, y, más en particular, los que se encuentren en contradicción con ella. A continuación tratamos de decidir en lo que se refiere a estos enunciados deducidos (y a otros), comparándolos con los resultados de las aplicaciones prácticas y de experimentos. Si la decisión es positiva, esto es, si las conclusiones singulares resultan ser aceptables, o verificadas, la teoría a que nos referimos ha pasado con éxito las contrastaciones (por esta vez): no hemos encontrado razones para desecharla. Pero si la decisión es negativa, o sea, si las conclusiones han sido falsadas, esta falsación revela que la teoría de la que se han deducido lógicamente es también falsa.
Conviene observar que una decisión positiva puede apoyar a la teoría examinada sólo temporalmente, pues otras decisiones negativas subsiguientes pueden siempre derrocarla. Durante el tiempo en que una teoría resiste contrastaciones exigentes y minuciosas, y en que no la deja anticuada otra teoría en la evolución del progreso científico, podemos decir que ha «demostrado su temple» o que está corroborada» por la experiencia.
En el procedimiento que acabamos de esbozar no aparece nada que pueda asemejarse a la lógica inductiva. En ningún momento he asumido que podamos pasar por un razonamiento de la verdad de enunciados singulares a la verdad de teorías. No he supuesto un solo instante que, en virtud de unas conclusiones «verificadas», pueda establecerse que unas teorías sean «verdaderas», ni siquiera meramente «probables».

K. Popper (2002). La lógica de la investigación científica. Madrid: Tecnos. Cap. 1., págs. 32-33.

Sin embargo, el criterio de falsación plantea varios problemas cuando se aplica a dominios interdisciplinares complejos, como el cambio climático, la economía o la sociología. Estos problemas se pueden agrupar en tres dimensiones:

  1. La dimensión epistémica: se refiere a las dificultades para definir y contrastar las hipótesis y los datos en estos dominios. Algunas de estas dificultades son: la falta de consenso sobre los conceptos, las variables y las medidas; la multiplicidad y la heterogeneidad de las fuentes y los métodos; la incertidumbre y la variabilidad de los fenómenos; la influencia de los factores contextuales y contingentes; la existencia de retroalimentaciones y emergencias; la presencia de valores e intereses en la producción y la interpretación del conocimiento.
  2. La dimensión social: se refiere a las implicaciones para los actores involucrados en estos dominios. Algunas de estas implicaciones son: la necesidad de cooperación y coordinación entre distintas disciplinas, instituciones y agentes; el riesgo de conflictos y controversias por divergencias epistémicas, éticas o políticas; la responsabilidad social y moral de los científicos ante las consecuencias de sus teorías y sus acciones; el papel de los expertos y los ciudadanos en la toma de decisiones y la gobernanza.
  3. La dimensión política: se refiere a las relaciones de poder que se establecen en estos dominios. Algunas de estas relaciones son: la influencia de los intereses económicos, ideológicos o estratégicos en el financiamiento, la regulación y la difusión de la investigación; la manipulación o el sesgo de la información por parte de los medios de comunicación, los grupos de presión o los movimientos sociales; la resistencia o el rechazo al conocimiento científico por parte de los escépticos, los negacionistas o los relativistas; la legitimación o la deslegitimación de las políticas públicas basadas en el conocimiento científico.7

Para afrontar el problema de la falsación en dominios interdisciplinares complejos —y a propósito de problemas multidimensionales como la evidencia sobre el impacto de la acción humana en el calentamiento global— es importante promover el pluralismo epistémico y metodológico, reconociendo y respetando la diversidad y la complementariedad de las perspectivas y las aproximaciones en procesos complejos, con procedimientos anidados de puesta a prueba y validación.

El diálogo interdisciplinar e intersectorial puede facilitar el intercambio y la integración de conocimientos y experiencias entre los distintos actores con capacidad técnica para comprobar experimentalmente los fenómenos relevantes y la evolución de los indicadores en la escala temporal adecuada. Sin criterios rigurosos y transparentes para evaluar la calidad, la relevancia y la fiabilidad del conocimiento producido y comunicado en estos dominios no resulta fácil avanzar hacia soluciones consensuadas, públicamente aceptadas y económicamente sostenibles, considerando el desglose de impactos y circunstancias sociales que cualquier modificación del marco regulador puede inducir en los valores y expectativas de las personas y entidades afectadas.

Notas y referencias del aptdo.
6. Karl Popper (2002). La lógica de la investigación científica. Madrid: Tecnos. Cap. 1., aptdo. 1., págs. 32-33.
7. Sfetcu, Nicolae (2019). "Karl Popper’s demarcation problem", SetThings (Jan. 24), MultiMedia Publishing (ed.), DOI: 10.13140/RG.2.2.11481.36967. 
Boland, Lawrence A. (1996). "Scientific thinking without scientific method: two views of Popper". Critical economic methodology: A personal odyssey. Routledge. https://doi.org/10.4324/9780203978955. 

3.5 Dificultades para acotar los dominios disciplinares concernidos en los intentos de falsación de la ciencia climática

Las dificultades de aplicación del falsacionismo como criterio de demarcación entre ciencia rigurosa y otro tipo de discursos, así como su reinterpretación cuando se aplica en dominios de conocimiento interdisciplinar, no le restan importancia en tanto que piedra angular del método y actitud científica que Karl Popper contribuyó a popularizar.

Pero, en la práctica, resulta complicado constatar casos no problemáticos de refutación de una teoría mediante la observación empírica. No es infrecuente que nuevas mediciones y sistemas de comprobación ultraprecisos ayudan a confirmar o reforzar predicciones teóricas imposibles de poner a prueba sin la tecnología necesaria. Pero la complejidad del universo físico en cualquier dominio de fenómenos, con múltiples interacciones y factores desencadenantes, dificulta la identificación de resultados claramente falsables y las regularidades que, el dispositivo o máquina nomológica ideado por el equipo de investigación, haya puesto en funcionamiento.8

En áreas de investigación interdisciplinares, como los estudios del cambio climático o la neurociencia, las teorías y los modelos involucran distintos campos de conocimiento, desde la física hasta la biología o la sociología. Esto conlleva una mayor complejidad y, por tanto, una mayor dificultad para aislar variables y realizar predicciones precisas y comprobables. Lo cual no resta valor heurístico a los modelos utilizados, puesto que constituyen la mejor herramienta para prevenir escenarios de riesgo y adoptar las medidas oportunas.9

La verificación y validación de modelos numéricos de sistemas naturales es imposible. Esto se debe a que los sistemas naturales nunca son cerrados y a que los resultados de los modelos siempre no son únicos. Los modelos pueden confirmarse demostrando la concordancia entre observación y predicción, pero la confirmación es inherentemente parcial. La confirmación completa queda lógicamente excluida por la falacia de afirmar el consecuente y por el acceso incompleto a los fenómenos naturales. Los modelos sólo pueden evaluarse en términos relativos y su valor predictivo siempre está en duda. El valor principal de los modelos es heurístico.

N. Oreskes et al. (1994). “Verification, validation, and confirmation of numerical models in the earth sciences”. Science, 263(5147), 641-646.

Otro aspecto que condiciona los intentos de falsación directa de teorías o modelos es el carácter integrador de las teorías interdisciplinares, lo que complica focalizar el empeño en predicciones claramente falsables por la multiplicidad de factores involucrados e interconectados.10

Si se considera la tendencia interdisciplinar y colaborativa de la investigación científica como rasgo característico de su funcionamiento, resulta pertinente la propuesta hecha por H. Longino de reinterpretar el concepto de falsación. En lugar de orientar los esfuerzos a refutar teorías o modelos directamente, se trataría de refutar aspectos específicos de los mismos o poner a prueba la validez de las supuestas relaciones entre diferentes variables o disciplinas. En la práctica, se asume que la actividad investigadora no persigue en tales casos hallar una respuesta única y definitiva que se ajuste a las exigencias del proceso de falsación. Más bien se acepta una cierta dosis de ambigüedad e incertidumbre como rasgo inherente a los sistemas complejos objeto de estudio.11

En este contexto, la viabilidad de los intentos de falsación implica:

  1. Una dimensión conceptual: las dificultades para definir y operacionalizar los conceptos clave de la ciencia climática, como el clima, el cambio climático, el calentamiento global o el efecto invernadero, dado que son conceptos complejos, dinámicos y multidimensionales, y requieren de un consenso entre las distintas disciplinas que los utilizan, con significados o connotaciones diferentes según el contexto o el público al que se dirigen.
  2. Una dimensión metodológica: las dificultades para diseñar y realizar pruebas empíricas que puedan falsar las hipótesis de la ciencia climática obedecen a factores como la escala temporal y espacial del fenómeno climático; la heterogeneidad y la incertidumbre de los datos disponibles; la complejidad y la no linealidad de los procesos climáticos; la influencia de los factores naturales y antrópicos; la limitación y la variabilidad de los modelos climáticos.
  3. Una dimensión social: las dificultades para comunicar y difundir los resultados y las implicaciones de la ciencia climática, de modo que eviten: a) la incomprensión o falta de interés entre el público; b) la distorsión o manipulación por parte de los medios de comunicación o los grupos de interés; c) la resistencia o negación por parte de los escépticos o los contrarios al consenso científico; d) la politización o ideologización del debate sobre el cambio climático.

Más que procesos simples de falsación, en las ciencias del clima se busca un enfoque de robustez, que persigue la confirmación de los resultados a través de múltiples líneas de evidencia, en lugar de buscar una refutación directa. Este enfoque matizado puede ser más adecuado para los dominios interdisciplinares como la ciencia climática.

J. Leplin (1997). A Novel Defense of Scientific Realism. Oxford University Press, pp. 12, 38-42.

Notas y referencias del aptdo.
8. Cartwright, Nancy (2012). “Nomological machines and the laws they produce”. The Dappled World. A Study of the Boundaries of Science, 49–74. Cambridge University Press.
9. Lloyd, Elisabeth A., y Eric Winsberg (eds., 2018). Climate Modelling: Philosophical and Conceptual Issues. 1a ed. Cham, Suiza: Springer International Publishing.  
Oreskes, N., Shrader-Frechette, K., & Belitz, K. (1994). Verification, validation, and confirmation of numerical models in the earth sciences. Science, 263(5147), 641-646. https://www.science.org/doi/10.1126/science.263.5147.641    
10. Véase Mitchell, Sandra (2009). Unsimple Truths: Science, Complexity, and Policy. Chicago, IL: University of Chicago Press. Chap. 1, 6. 
11. Longino, Helen (2006). "Theoretical pluralism and the scientific study of behavior." In S. Kellert, H. Longino, & C. Waters (Eds.), Scientific Pluralism (pp. 102-131). University of Minnesota Press.

3.6 Implicaciones sociales del consenso científico acerca del cambio climático

El consenso científico sobre el cambio climático tiene importantes implicaciones sociales en términos de justicia intergeneracional, cooperación y gobernanza internacional. Las acciones y omisiones del presente tienen consecuencias directas sobre las generaciones futuras, por lo que es pertinente un enfoque ético que considere los intereses tanto de las generaciones presentes como de las futuras en las decisiones de política climática.

Al tratarse de un problema de alcance mundial que no respeta fronteras nacionales y requiere una gobernanza global efectiva, no es suficiente la dependencia de un esquema de geopolítica y relaciones internacionales centrado excluivamente en los intereses de los estados, y menos aún en los de los más contaminantes con capacidad para seguir condicionando la toma de decisiones sin considerar los intereses de todas las regiones y poblaciones potencialmente afectadas por un fenómeno al que han contribuido relativamente poco, en términos comparativos. Los procesos de educación al respecto y la presión por adoptar medidas de prevención y mitigación eficaces continúan siendo un desafío muy complejo de gestionar, pero imposible sin la participación de individuos sensibilizados y conscientes de su responsabilidad personal.

Implicaciones del consenso científico sobre el cambio climático

  1. La justicia intergeneracional: se refiere al deber ético de garantizar que las generaciones presentes no comprometan las posibilidades de vida y bienestar de las generaciones futuras.

El cambio climático plantea un desafío de justicia intergeneracional, ya que las acciones u omisiones de las generaciones actuales tienen un impacto a largo plazo en las condiciones ambientales, económicas y sociales de las generaciones venideras.

Por tanto, se requiere una acción urgente y responsable para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, adaptarse a los efectos del cambio climático y promover un desarrollo sostenible.

  1. El desafío de la gobernanza en problemas de alcance mundial: se refiere a la capacidad de gestionar colectivamente los problemas globales que afectan a toda la humanidad y que requieren la cooperación y la coordinación entre distintos actores e instituciones. El cambio climático plantea un desafío de gobernanza global, ya que es un problema complejo, transversal e interdependiente, que trasciende las fronteras nacionales y regionales y que implica a múltiples sectores e intereses.

Por tanto, se requiere una gobernanza democrática y participativa, basada en el diálogo, el consenso y el compromiso, que articule los niveles local, nacional e internacional y que movilice los recursos y las capacidades necesarias para hacer frente al cambio climático.

  1. La alfabetización científica, la sensibilización y la responsabilidad personal: se refiere al grado de conocimiento, comprensión y valoración de la ciencia y sus implicaciones para la vida cotidiana y la sociedad. El cambio climático plantea un reto de alfabetización científica, sensibilización y responsabilidad personal, ya que implica una comprensión crítica de los fundamentos científicos del fenómeno, sus causas, sus efectos y sus soluciones; una concienciación sobre la gravedad del problema y la necesidad de actuar; y una asunción de responsabilidad individual y colectiva para adoptar hábitos y comportamientos sostenibles.

Por tanto, se requiere una educación ambiental para la sustentabilidad, que fomente el desarrollo de competencias científicas, éticas y ciudadanas para enfrentar el cambio climático.

Se trata de temas interconectados, por lo que su abordaje debe ser integral. La justicia intergeneracional se ve afectada por la efectividad de la gobernanza global y por el grado de alfabetización científica y responsabilidad personal en la sociedad. A medida que la ciencia continúa revelando las causas y consecuencias del cambio climático, lo razonable es que las instituciones de ámbito estatal e internacional asuman la responsabilidad de hacer frente a estos desafíos, considerando el tiempo y obstáculos para modificar los actuales esquemas de gobernanza global y conseguir mejoras constatables a través de la educación y acciones no violentas.12

Notas y referencias del aptdo.
12. Page, E. (2006). Climate Change, Justice and Future Generations. Edward Elgar Publishing. https://www.e-elgar.com/shop/gbp/climate-change-justice-and-future-generations-9781843761846.html  
Victor, D. G. (2011). Global Warming Gridlock: Creating More Effective Strategies for Protecting the Planet. Cambridge University Press. https://www.cambridge.org/core/books/global-warming-gridlock/C3CA34B8CF61FAAB6929ABF98FDF965E   
Kahan, D. M., Jenkins‐Smith, H., & Braman, D. (2011). Cultural cognition of scientific consensus. Journal of Risk Research, 14(2), 147-174. https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/13669877.2010.511246 
Caso a estudiar

→ Ciencia sin hechos y política ambiental: texto 1, texto 2, texto 3.